Las billeteras virtuales tomaron relevancia durante el 2020 y se convirtieron en un puente financiero muy importante tanto para los cuentapropistas como para aquellos trabajadores que estaban por fuera del sistema bancario tradicional. En un mercado conformado por 47,7 millones de clientes, y que mes a mes va creciendo, las empresas que se disputan la atención de los usuarios argentinos son 34.
Como cada una de ellas tiene una cartera de productos distinta, las personas van armando su propio “banco” y terminan utilizando, por ejemplo, una fintech para invertir dinero y otra por los descuentos que ofrece en los diferentes supermercados o servicios de streaming.
La popularidad que las envuelve, así como la cantidad de ofertas laborales disponibles y el número de usuarios activos, puede hacer creer que económicamente les va muy bien, sin embargo, un especialista de la industria financiera señala lo contrario: “La mayoría pierde, y siempre perderá dinero. No me refiero a las tres más grandes, que por captar gran parte del mercado pueden esperar obtener hoy, o al menos potencialmente, algún tipo de rentabilidad, sino a las otras 31, que jamás serán rentables. Es un fenómeno mundial, no exclusivo de la Argentina, en el que el sector se lanzó a una carrera irreflexiva por capturar un espacio sin un modelo de negocio claro”, explicó Julián Colombo, CEO de N5 Now, la plataforma de software que le permite a bancos y aseguradoras digitalizarse.
Según el directivo, solo las compañías que entraron más tarde al ecosistema se enfrentan principalmente a dos desafíos: primero deben competir con las grandes, algunas de las cuales ya están muy sólidamente instaladas y segundo, aún en ausencia de competidores, las fuentes de ingresos de este negocio son limitadas.
En el informe elaborado por Red Link de diciembre del 2021, la organización menciona que se realizaron 263,3 millones de transacciones, es decir un 227,3% más que el mismo período del año anterior. “La principal pregunta que nos debemos hacer es por qué empezó… no te digo la cuarta empresa, sino la número 34. ¿Por tendencia? ¿Por qué creyeron que era un negocio redituable? ¿Por qué estaban seguros de que había un mercado bastante amplio? La única explicación racional es para ser comprados en el obligatorio proceso de consolidación que tendrá el sector. Cuando tres billeteras tengan cada una el 30% del mercado, quien tenga el 2% podrá ser atractivo para quien quiera asegurarse el liderazgo”, detalló el economista con más de 20 años de experiencia en la industria.
Asimismo, insistió que esta situación es el gran dolor del sector financiero. “Los bancos tradicionales lo sufren especialmente porque se encuentran entre dos mundos: uno en el que el accionista les exige rentabilidad, y otro en donde el mercado impone un modelo de gran inversión tecnológica y comunicacional, virtualmente desprovisto de ingresos”, puntualizó el exdirectivo del banco Santander. En esta línea augura que con el correr del tiempo las empresas que hoy no hablan de cómo rentabilizar su operación, lo van a empezar a hacer porque “sin la capacidad de generar utilidades, todo depende de poder convencer periódicamente a los inversores de que sigan apostando. Y el día en que estos se pongan escépticos, la mayoría de los jugadores desaparece”, finalizó Colombo.