¿Cómo definirías PwC en Argentina?
Siempre digo que somos jóvenes con historia. En abril cumplimos 100 años en el país y aunque se nos ve como una corporación internacional, somos una organización local, de profesionales locales. Pertenecemos a una red global de profesionales y seguimos una serie de lineamientos estratégicos en materia de calidad, clientela, branding, administración de riesgo, pero el negocio lo hacemos localmente, depende de nosotros y nos llevamos a casa lo que hacemos acá.
- La oficina tiene muy buena onda, me los imaginaba como auditores serios...
Ya no es más así. Por el recambio generacional hay un cambio cultural: las nuevas generaciones necesitan un trabajo que sea atractivo y fascinante, motivante, con niveles de autonomía, flexible y que haya un sentido de propósito. Antes estas organizaciones tenían una estructura más piramidal...
- ¿Qué más cambió desde tus inicios?
Antes el trabajo era más sacrificial y había una meta: el aspiracional era ser socio. Ese era el status quo deseable, porque era como decir “bueno, entré en el Club”. Hoy eso ya no pasa y tampoco te asegura la felicidad. Hoy el mandato es ser feliz y lo importante es que en el trayecto me construya a mí mismo, me forme, me desarrolle, porque esto es un trampolín para ir a infinitos lugares.
- Esa realidad necesita un nuevo management...
Totalmente. Desde el managment uno tiene que encontrar vectores de creatividad. Hoy los que dirigimos una compañía vamos a pasar de ser empleadores a ser organizadores de actividades, es más esa mirada. Vos organizás y después fluye... Hoy estamos en un mundo incierto y necesitamos nuevos liderazgos, necesitamos un mundo más empático e inclusivo. Que a una compañía le vaya bien económicamente no sirve de nada porque tiene que estar inserta en una comunidad en la que actúa y a toda la comunidad le tiene que ir bien.
- Este idioma que hablás vos, ¿lo están hablando todos en tu industria?
No voy a ser modesto con ésto porque son líneas de pensamiento que estoy elaborando personalmente hace tiempo. Para mí es muy relevante la persona que ejerce el liderazgo porque marca el contexto para darle sentido al texto. En la humanidad en general hay una crisis de liderazgo y es una buena oportunidad de recrear valores. .
- Si de un lado tenés la filosofía de maximizar la ganancia y por otro lado el comercio administrado con una rentabilidad razonable, ¿de qué lado estás más cerca?
Yo creo que eso no tendría que depender de un poder de policía que te imponga una rentabilidad determinada. Ese es el punto: yo creo en la libertad del ser humano, soy humanista de formación. Para responderte la pregunta: me sitúo en un lugar donde no hay que maximizar ganancias porque las ganancias vienen solas con el bienestar general, no hace falta maximizarlas con la visión cortoplacista.
- ¿No te tienta la política?
Sí, de hecho tuve una experiencia en la crisis del 2001 y estuve dos meses trabajando “a préstamo” en el Ministerio de Economía. Para mí fueron fascinantes esos dos meses: las reuniones de gabinete de secretarios del ministerio eran espectaculares, quizás porque las lideraba el ministro (Roberto) Lavagna. La verdad es que creo que tengo algo que aportar, sobre todo en la visión estratégica de los temas y la articulación público-privada.
- ¿Qué mirás en una persona que tenés que sumar a tu equipo de trabajo?
Básicamente les pregunto cuál es el sentido que para él tiene sumarse a un grupo profesional. Trato más de escucharlo, de entender por dónde pasa su motivación, el famoso efecto “Kung Fu Panda”...
- ¡¿Qué es eso?!
Ja.. (Risas). ¿Por dónde lo motivás al oso? Si lo pasás por la escuela tradicional del Kung Fu lo destruís, vas a sacar cero. Ahora, si te diste cuenta que su motivación va por otro lado, ahí lo vas a entender y eso es clave para sumar a alguien al equipo.
Bonus Track de la entrevista a Javier Casa Rúa, Territory Senior Partner de PwC
- ¿Cómo maneja PwC el tema de la edades para el retiro en las empresas?
Bueno, acá tenemos por regla una edad de retiro entre los 60 y 62. Ahora lo estamos llevando a todos a los 62, pero con la posibilidad de flexibilizar hacia adelante o hacia atrás con la autorización del management. O sea, si se entiende que una persona puede seguir aportando valor, se le puede extender el retiro y si una persona tiene ganas de irse antes lo puede hacer. Es una regla que estamos por aprobar, que aún no está aprobada, en la Argentina.
- ¿Y en el mundo?
En el mundo la tendencia son los 60, pero hay mucho retiros anticipados. Un socio de la firma americana está en un promedio de retiro en los 55-56 años. La gente se retira antes para seguir haciendo otras cosas después de jubilarse. La vida sigue y es como dice Pichón Riviere: "lo que te separa de la muerte es la cantidad de proyectos que tenés en la vida".