Según explica Francisco Hiza, manager de Dracma Investments, el gran desempeño de Banco Macro se debe, en parte, a la elevada exposición del banco a títulos públicos duales (a costa de reducir la posición en LELIQs, lo que marcó la principal diferencia con el resto de bancos), que reflejaron sobre todo el salto devaluatorio de diciembre de 2023. “Además, la adquisición de Banco Itaú por una suma de 50 millones de dólares, equivalente a 0.2 veces el Valor Libro según el último balance de Itaú, no solo fue una jugada financiera astuta sino que también resultó en una ganancia contable significativa para el banco”, dice.
Estos factores, según Hiza, han modificado permanentemente la posición de Banco Macro en el sector, aunque advierte que es improbable que tales resultados se repitan en el futuro. El desafío que enfrenta ahora el sector bancario es cómo incrementar el flujo de fondos hacia el crédito privado, especialmente en un contexto donde tanto la inflación como las tasas de interés muestran tendencias a la baja.
Mientras tanto, Arcor ha experimentado un entorno más desafiante, con una disminución del 1.6% en sus ventas año tras año, lo que refleja la dura realidad de la economía argentina. Aproximadamente dos tercios de las ventas de Arcor se concentran en el mercado interno, lo que los expone de manera significativa a la situación macroeconómica del país.
El resultado operativo de la empresa fue de 108.172 millones de pesos, representando un 5.6% de las ventas, un descenso desde el 6.8% en 2022. Este declive se debe principalmente al aumento relativo de los costos frente a los ingresos.
“Al comparar los resultados de ambas empresas, se observa que el impacto de la coyuntura local del año pasado fue mucho más beneficiosa para algunos sectores (incluso comparando resultados trimestrales del sector bancario contra un resultado anual de las empresas dedicadas al consumo). La posición financiera en general benefició a los bancos, superando ampliamente a los ingresos por el resto de segmentos de negocio. Las empresas de consumo, por su parte, tuvieron dificultades para mantener tanto las ventas como los ingresos de años anteriores, viéndose muy afectadas por la volatilidad de las variables macro (inflación, tipo de cambio, incertidumbre política, etc)”, concluye Hiza.