Arte, historia y confort se reúnen en el Hotel Virreinato, ubicado sobre Duarte Quirós 167, en pleno casco histórico de la ciudad de Córdoba. Este hotel boutique data del siglo XVI y ha preservado no solo la estructura, sino también el espíritu de aquella época. Enclavado en la manzana jesuítica y sobre una calle transitada, no se revela a simple vista, lo que le brinda exclusividad y privacidad. “No tiene cartelería y está hecho a propósito porque es la única forma de conservación”, explica Agustina Planas, encargada del Hotel, quien agrega además que es uno de los motivos por los que muchos famosos y personas “conocidas y muy importantes” (que prefieren preservar identidades) se han hospedado allí.
Después de la expulsión de los jesuitas en 1767, la propiedad fue adquirida por la familia Ferreira, quienes la mantuvieron en su poder hasta 1970. Luego fue reconstruida en el estilo original y el interior se decoró con antigüedades valiosas, recuerdos familiares y distintos estilos góticos y europeos. Apróximadamente en el 2013 toma el timón Matías Planas, hijo de Graciela Menéndez, artista y restauradora que adornó el hotel.
La propiedad cuenta con un patio interno en el que se destaca una pared de calicanto (la forma de construcción en la época de los jesuitas, que contenía piedra, ladrillo, arena y cal) que separa los salones principales del hotel, que funcionaban en aquella época como comedores de los jesuitas y actualmente son el espacio donde se sirve el desayuno a los huéspedes, que cabe aclarar, pueden elegir a qué hora desean desayunar. Estar allí es toda una experiencia en sí misma: sentarse en un trono de años, los espejos elegantes, cúpulas con techo cruzado, leer un libro, relajarse en un ambiente tranquilo y admirar todas las obras de arte vintage, como el imponente tapiz del siglo XVI de la fábrica de Flandes, en Bélgica, candelabros, una batea que encontraron enterrada (utilizada en aquella época para tomar agua o lavar) y hasta un “retablo” religioso con ornamentación tallada y dorada.
“Desde la expulsión de los Jesuitas de Córdoba, pasaron 300 años en que la mayoría de los nuevos propietarios destruyeron muchas construcciones y se perdieron objetos. La Manzana Jesuítica se declaró Patrimonio de la Unesco recién en el 2.000”, cuenta Agustina.
El hotel cuenta con 3 habitaciones en suite, con decoraciones independientes, que llevan el nombre de algún familiar relacionado:
-Habitación Williams (de 36 m2 con una tarifa de $ 150.000 por noche)
-Habitación Edward III (de 30 m2 con una tarifa de $ 140.000 por noche)
-Habitación Anne (de 28 m2 con una tarifa de $ 130.000 por noche)
“Apuntamos más al público extranjero, aunque nos visita mucha gente del interior. Algunos vienen de aniversario, por interés o descanso”, indica la encargada.
Otro diferencial en el Hotel Virreinato es la atención personalizada. “Desde que se realiza la reserva estamos atentos a cada detalle de lo que necesita el huésped, por ejemplo, ir a buscarlo al aeropuerto, algún alimento particular para el desayuno, el idioma, hasta ofrecer un itinerario de excursiones según la cantidad de días que se quede”, agrega la encargada. Hay una visita guiada por todo el hotel con la explicación e historia de cada espacio. “La experiencia del lugar no es solo hospedarse, sino conectar y apreciar nuestra historia. Todo se puede tocar, no es como un museo con una vitrina”, dice Agustina. En la aplicación de reservas Booking cuentan con una puntuación de 9.8 estrellas.