La cuestión estaba complicada y semanas después de la devaluación y la suba de tasas José Franco fue uno de los primero en advertir que la situación era de emergencia.
A fines de agosto -cuando ya no había esperanzas de que la demanda se recuparara - el ruido ya se había hecho sentir en la planta ensambladora de Kymco luego que Franco pidiera el procedimiento preventivo de crisis y una protesta de trabajadores de la UOM reclamara por una decena de operarios despedidos.
Hasta el viernes, 82 cheques sin fondos de entre $ 10.000 y $ 100.000 que hacen un total de $ 2,86 millones es la deuda registrada de Importadora Mediterránea en el Banco Central, a la que se suma una en gestión prejudicial de Rentas de Córdoba demuestran que las cosas no lograron revertirse.
La complicada situación llevó a que José Franco pidiera el concurso de acreedores de la empresa la semana pasada.
Franco había invertido $ 5 millones en diciembre de 2007 para ensamblar motocicletas de la marca coreana en la planta de Caraffa al 1900. Por entonces, Bill Chen, directivo de Kwang Yang Motors Co LTD había estado en la inauguración de la fábrica.
En Córdoba, las siete fábricas de motos emplean a unos 500 trabajadores y ensamblan casi el 20% de las unidades de todo el país. En lo que va del año, la caída del mercado supera el 30%.
La pelea que le costó caro
Cuentan cerca del empresario que las aprobaciones de las importaciones se le complicaron mucho antes que a algunos de sus competidores. ¿La razón? Una dura discusión que habría Franco con el inefable Guillermo Moreno, otrora hombre poderoso de la economía argentina y hoy representante comercial de nuestro país en la embajada argentina en Italia.