El coaching inmobiliario es una especialización que se aplica específicamente a los desafíos que se detectan dentro del rubro y combina los principios de 3 clases de coaching: ejecutivo (para líderes empresariales), ontológico (profundiza el vínculo de las personas con el “ser) y productividad (busca maximizar resultados minimizando recursos).
“Desde Argentina fuimos pioneros a nivel mundial en desarrollar esta especialización bajo estándares de ICF. Hoy contamos con datos, informes de comportamientos y estadísticas del rubro que nos permiten trabajar junto a profesionales inmobiliarios de cualquier parte del mundo ya que, esta práctica. se adapta al tipo de mercado de cada país o región”, explica Ricardo Melo acerca del origen y desarrollo de la profesión.
Ante la incertidumbre económica y el cambio de gobierno que inevitablemente impactan en el área de los bienes raíces, existen 4 razones por las cuales el sector debería contar con el asesoramiento de un coach inmobiliario durante este año:
1. Facilita la adaptación a tendencias emergentes: Con la rápida evolución del mercado inmobiliario, contar con un coach certificado y especializado en el área ayudará a trabajar la adaptación del negocio para el desarrollo de los resultados.
2. Potencia el rendimiento: Un coach inmobiliario permite identificar sesgos de supervivencia, KPIS, y OKRS para lograr una medición efectiva que permita superar limitaciones, optimizar rendimientos y potenciar la productividad.
3. Ayuda a establecer metas claras: Permite definir metas realistas y alcanzables, con manuales de trabajo estandarizados que incluyen ejercicios netamente adaptados al sector capaces de establecer un camino claro hacia el alcance de los objetivos.
4. Permite el desarrollo de las habilidades: El coaching inmobiliario se centra en mejorar habilidades como la inteligencia emocional, inteligencia adaptativa y comunicación asertiva. Así, colabora en mejorar las capacidades de desempeño para el cierre de operaciones, negociaciones exitosas, micro gestualidad, oratoria y construcción de relaciones sólidas con clientes.
En definitiva, se trata de una metodología que busca maximizar el potencial mental y productivo de los profesionales que integran el sector inmobiliario. En el contexto que atraviesa la Argentina permitirá no solo adaptarse de manera sencilla sino también expandir y potenciar los resultados del negocio.