El trámite de transferencia en Argentina, en promedio, requiere alrededor de 48 horas para completarse. El monto de la transferencia depende de si el vehículo es de origen nacional o importado, así como de su antigüedad. Para los vehículos de origen nacional, se cobra un 1,5% del valor total del automóvil, mientras que para los importados, el porcentaje asciende al 2% del valor total.
El proceso de transferencia implica varios pasos y documentación, incluyendo la certificación de firma por parte de las partes involucradas, la expedición del título, la cédula y la cédula de autorizado a conducir, la alta impositiva, la solicitud de deuda, multas e infracciones, la baja impositiva, el Formulario 13, el Formulario 08, así como sellos e impuestos provinciales. Cada una de estas etapas implica costos adicionales que contribuyen al costo total de la transferencia.
Un ejemplo concreto sería la transferencia de un vehículo importado (gama media) modelo 2017 en Argentina, que puede costar desde $ 86.000, teniendo en cuenta los impuestos y tasas provinciales que varían en todo el país.
Como es de público conocimiento, en Argentina cada patente corresponde a un vehículo en lugar de un propietario, lo que significa que todas las multas, deudas e inhibiciones se asocian al automóvil y no a su dueño. Esto puede resultar en complicaciones adicionales para los propietarios al vender un vehículo usado.
Qué sucede en Estados Unidos
En el país norteamericano la transferencia de autos es un proceso mucho más sencillo, ya que cada conductor tiene su propia matrícula (patente), lo que facilita la venta de autos usados. Cuando se compra un vehículo, el dueño original del mismo retira su matrícula, que luego la coloca en su nuevo vehículo, quedándose así con todas las deudas pendientes (si las tuviese).
Y lo que el candidato a la presidencia de Argentina, Javier Milei, presenta entre sus propuestas es cerrar el Registro Automotor y eliminar por completo el costo de patentamiento y los gastos asociados a la transferencia de autos usados, lo cual genera un debate significativo. ¿Es conveniente simplificar y reducir los costos asociados a la transferencia de vehículos en nuestro país?