En los pasillos del Palacio 6 de Julio celebran el alto perfil que quiere adoptar el exintendente Ramón Mestre. Desde hace algunas semanas, el radical viene ensayando duras críticas hacia la gestión de Hacemos por Córdoba, liderada por Martín Llaryora, “el intendente que no se pudo votar”, según lo definió su antecesor en su último acto partidario. Las ganas de polemizar de los opositores serán aprovechadas por los campañistas capitalinos, deseosos de retomar los contrastes entre gestiones bajo el rótulo del “hacer” versus el “decir”.
Los ejes criticados son los de rigor. Cierto es que nadie puede ser creativo con un municipio en el que se expresan viejos problemas. Mestre viene cargando contra el desembolso salarial, publicitario y el orden de prioridades del gasto en obras o servicios públicos. El punto que tocarán con insistencia los aliancistas es el de las contrataciones a través de monotributos o por medio de cooperativas con el programa de servidores urbanos.
Puede olfatearse la necesidad de Mestre de defender sus ocho años de administración al frente del municipio porque en gateras hay otro Mestre que, si bien no lo ha dicho, quiere pelear por la sucesión capitalina. Diego, el menor de los hermanos de histórico apellido, tiene a su mentor sin intenciones manifiestas de ocupar un lugar en la boleta provincial, pero que ha dado señales de pelear para su familia ese escaparate electoral que también desea Juan Negri, por el centenario partido, y otros miembros del PRO como la diputada Soher el Sukaria; el titular del sello; Javier Pretto; y el ladero de Patricia Bullrich, Sebastián García Díaz.
Con Rodrigo de Loredo encaravanado en el baile provincial, los codazos por el tramo municipal son evidentes. En el PJ saben que la Capital es un problema para atender porque aún no se nota con claridad quién será el sucesor.
El viceintendente Daniel Passerini pareciera tener los avales superiores necesarios y buenos números en las encuestas. De manera cada vez más directa dice que quiere continuar la gestión de Llaryora en la ciudad, aunque sabe que ninguna candidatura es segura hasta que la proclamación no sea hecha. En especial porque la senadora Alejandra Vigo no descarta ese juego si las necesidades del peronismo lo requieren.
El titular del Concejo Deliberante respondió a las críticas recientes de Mestre y, además, cuestionó la administración de Luis Juez, precandidato a gobernador por el Frente Cívico. “Tenemos en la política de cordoba grandes comentaristas de la realidad. Cuando gobernaron la ciudad fueron un desastre y ahora, que están en otro lado, hablan como si supieran; son expertos en hablar muy bien sobre lo que no supieron hacer”, disparó Passerini, en diálogo con radio Sucesos.
Y aprovechó: “Las ultimas gestiones, que tienen a muchos protagonistas que hoy quieren gobernar la provincia y o la ciudad en Cambiemos, lo único que hicieron con la ciudad es abandonarla y destratarla. Estamos resolviendo esos problemas y la gente lo está percibiendo. Quiero sr el garante de esas transformaciones”.
Como ya lo vine haciendo, pero con mayor intensidad, el peronismo hablará de gestiones radicales “modelo” como la Ramón Bautista Mestre y Rubén Martí para bajarle el precio a los miembros de la UCR que ya probaron suerte en el municipio. “Tenemos un presupuesto ordenado, donde se destina casi el 30% de recursos para obras y servicios; esos niveles se habían logrado solo con Martí”, graficó Passerini en la misma entrevista para erigirse como los mejores “continuadores” de las gestiones radicales mejores ponderadas socialmente.
Ahora bien, el contragolpe a los cuestionamientos que Juntos por el Cambio viene haciendo a la actual administración capitalina escala en tenor político. La relación de los intendentes anteriores con los tres gremios que dependen del Estad municipal será material para explotar.
“Hasta el 10 de diciembre de 2019, la Municipalidad no la manejaban el intendente que votaba la gente, sino dos o tres corporaciones. Luis Juez concedió el manejo de toda la Municipalidad; había que pedir permiso para pagar algo o hacer una obra. Es una verdad que estoy recordando, dejó de pasar con Martín Llaryora. Gobernar la ciudad es saber administrarla y que haya una sola autoridad”, cerró Passerini exponiendo el abanico completo de los cuestionamientos que marcarán la campaña capitalina.