La (piiip) que lo (piiip) me (piiip) la noche…
Flavio Olivier: “´Cacho… meté 20 mesas más, que a cientocuarentamangos por pareja, hacemos una cajita extra de doslucasochocientas´... deben haber razonado los dueños de un conocido restaurante (cuyo nombre no supera el 1.000) al momento de definir su oferta para la noche de los enamorados (a la cual me sumé y experimenté, of course). ¿Y el verdadero costo de esta ´cajita extra´?... te lo describo: estrangulamiento en la cocina, demora en los platos, mediocre cocción en muchos de ellos, estrés en el plantel de mozos, rictus facial por parte del dueño mientras traficaba platos y botellas, insatisfacciones, reclamos… caras de c*** y alguna que otra discusión al respecto entre los parroquianos. Lejos de una noche mágica, de un escenario apto para propuestas sentimentales o al menos, para la charla íntima, significó para muchos, un momento de frustración, y estimo que para algunos… el final de la noche.
Una vez más, se hace presente la ecuación que nunca falla: la falta de sensibilidad y exceso de codicia del proveedor sumado a una gran expectativa por parte del público hacen fracasar la propuesta.
¡Ah!... olvidaba un dato no menor: al momento de pagar lo consumido… ninguna facturilla, ni siquiera tickecito… je”.