Según Alberto, el gobierno de Macri cree que el problema de la inflación es monetario, pero el apretón para secar la plaza vía Lebacs primero y Leliqs ahora generó un enorme déficit cuasi fiscal (el del BCRA) y multiplicó por dos la inflación del gobierno antes.
¿Entonces? Ahí Alberto dejó caer sus ideas: en el país hay sectores altamente concentrados como el pan envasado, una mercado que -sin nombrarlo- domina la mexicana Bimbo con más del 80% del market share. Pero esa categoría es minúscula en relación a las toneladas de pan que cada día consumen los argentinos en otros formatos y elaborados por miles del panaderías de todo el país.
Con imprecisión, dijo que el mercado de la leche es dominada por dos empresas cuando -estricto sensu- La Serenísima es el líder y -tras la caída de producción de Sancor- hay un pequeño grupo de varios productores relevantes unos escalones más abajo.
Finalmente dijo que el mercado de las cervezas es dominado por tres empresas y es verdad: pero Quilmes y su portafolio de marcas tiene el 80%, CCU un 15% y módicos 5% Wasteiner-Isenbeck.
Donde los problemas sí son graves porque arrastran con sus precios largas cadenas productos es en materia de siderurgia con Techint casi como jugador monopólico. Nada dijo Alberto de los negocios de Paolo Rocca.
Incluso en la industria del cemento donde juegan Loma Negra, Cementos Avellaneda y Minetti se consiente hace rato una virtual colusión de precios que en algún momento -y tímidamente- Defensa de la Competencia intentó multar.
De la larga entrevista con Morales Solá, queda en la mesa que Alberto no tiene intención en reformar la Constitución ni interferir las investigaciones judiciales (aunque dice que Cristina -ella y no todos- sufre una persecución, de manera similar a Lula en Brasil y Correa en Ecuador).