Casi 100 años después, sobreviviendo a mudanzas, crisis políticas y económicas, y el rigor de varios cambios generacionales, “La Costanera” sigue siendo el gran reservorio de recetas pasteleras coloniales de Córdoba. Entre esas recetas están los tocinillos del cielo, las yemas, los chartres, el tradicional alfajor cordobés y las infaltables colaciones.
Fernando Evangelisti es la cuarta generación de La Costanera, emblema de la gastronomía cordobesa, con productos que llevan una tradición de 95 años.
“Cuatro de cada diez alfajores que vendemos son colaciones. Producimos de 60 a 100 kilos de alfajores por mes. La elaboración es diaria, sin usar ningún tipo de químicos ni conservantes. El secreto es garantizar la misma calidad siempre, cada dulce se amasa, se corta, se cocina, se rellena, se glasea y se envuelve y empaca a mano”, nos cuenta Fernando Evangelisti, bisnieto de Don Pedro. “Logramos superar todas las crisis gracias al compromiso y el amor por lo que hacemos, lo llevamos en el ADN”, agrega Fernando, quien junto a su hermano Daniel llevan adelante esta empresa familiar.
Además de los tradicionales dulces, “La Costanera” guarda celosamente la receta de sus “Bizcochos delgados salados”, unos discos de suave masa de grasa crocante, ideales para la hora del mate. Desde hace varias décadas el local de venta de Chacabuco 33 es la meca de cuanto turista pasa por la ciudad y busca nuestros sabores tradicionales.
“Nuestra orgullo es que cada vez que vengas a La Costanera encuentres los sabores de siempre. De alguna manera vamos contra la corriente del cambio permanente, para nosotros el valor está en no cambiar nada, en ser guardianes de sabores”, finaliza Fernando.
Como en cada ocasión que nos encontremos, reiteramos la invitación a sumarte, a seguirnos, a ser parte de esta movida que involucra a todos los cordobeses, porque todos #somosutuco.