“El presente es complejo: el rubro en todo el país está en un 50% de lo que debería estar -explica Mario Marzi-; hablo con Rosario, con Buenos Aires, con Litoral y está todo al 50%. Todos tienen la idea de que es una cuestión transitoria y ninguno lo compara con el 2001, no obstante, no se suponía que íbamos a tropezar tan rápido”.
Claro en su análisis, el responsable comercial de la empresa tira este diagnóstico de entrada. En los últimos años, Campanili viene fabricando unas 300 unidades por año: “lo ideal sería que la demanda nos sobrepase un poquito, estar un poco presionados por la demanda, hoy en día estamos stockeando”, detalla.
A diferencia de otros vehículos como los autos o motos, las lanchas no cambian de modelo tan rápido, por lo que su fabricación resiste mejor las bajas de demanda.
Pero si la coyuntura económica no ayuda a la venta de un producto que no es precisamente de “primera necesidad”, hay otros factores que complican históricamente el mercado:
- No hay un registro único de embarcaciones en el país,
- Las lanchas no son un bien registrable (como los autos o motos) y…
- No hay sistemas de financiación en cuotas.
“Si se pudiese comprar una lancha en 24 o 36 cuotas fijas -como hacen con las cuotas de los autos- habría 10 veces más clientes”, explica Mario Marzi.
Una fábrica con mucha mano de obra
Hacer una lancha es un proceso complejo, algo artesanal, algo en serie, con muchos pasos y mano de obra calificada en el medio.
Campanili fue la primera empresa (allá por los ‘70) en pasar de madera a fibra de vidrio, lo que fue un salto cualitativo en los materiales y la versatilidad del producto. Y también fueron pioneros en modelo con proa abierta, es decir, con capacidad para llevar pasajeros adelante.
En el proceso productivo está el otro hermano Marzi, Adrián, que detalla: “el modelo más grande que hacemos tiene 7 metros y caben 8 personas, con 250 caballos de motor de propulsión y 1.800 kilos de peso. Y la más chiquita tiene 4 metros para 4 personas, con 25 caballos. La más grande sale aproximadamente un millón de pesos y la chica 50 mil".
El tipo de embarcaciones que hace Campanili es ideal para el Paraná, hasta la zona de Rosario y luego -aguas abajo- hasta la zona del Tigre. “En cada sector hay un uso distinto de acuerdo a las características de la gente y del lugar: si vas a la zona de Santa Fé, es una zona netamente de pesca, entonces la persona que usa la embarcación para pescar necesita algo cómodo. Pero si vas a ciudades más pobladas como Rosario, ya la gente busca una lancha deportiva, el uso es distinto, hay más playa, se practica ski acuático, se buscan embarcaciones más de lujo. Y para el lado de Vicente López, San Isidro, Tigre, la parte de pesca es un porcentaje muy chico y empieza a primar quien tiene el yate más grande”, explica.
Con esos productos, la red comercial de Campanili tiene su punto fuerte en el local de Av. Fuerza Aérea al 4000, integrada a la fábrica y donde también desarrolla las tres unidades de negocio:
La fabricación y venta de embarcaciones
La venta de accesorios (desde motores a salvavidas y remos)
Productos relacionados como cuadriciclos y generadores eléctricos
“La lancha va ligada a entretenimiento al aire libre y ligado a un motor, por eso está muy emparentado al cuatriciclo. El perfil del usuario de la lancha es el que tiene una casa en Carlos Paz, Embalse, Río Tercero o Potrero de Garay, y tiene juguetes para divertirse. El mismo importador que nos vende motores fuera de borda es el que nos vende los cuadriciclos, o sea que vino de la mano. Y te diría que en el mundo, el cuadriciclo va de la mano con las lanchas”, explican.
Además de este local propio, Campanili comercializa sus productos con una red de 20 distribuidores a lo largo del país, principalmente sobre el río Paraná. Al ser un producto de difícil transporte, este factor es determinante a la hora de la competitividad de un producto y hace más notable aún el suceso de Campanili, una empresa nacida en la provincia más mediterránea del país.
La familia
El abuelo de los hermanos Manzi era carpintero y como hobby hizo una primera lancha de madera (de hecho tienen las máquinas y sierras de la época, aún funcionando). Tanto gustó el modelo que hizo para su uso personal que se lo compraron y así nació esta industria tan atípica en Córdoba.
“Mi abuelo fue el que construyó la primera lancha de fibra de vidrio de la Argentina. Se hizo en un galponcito que tenía en 1958, y a partir de ahí todos empezaron a fabricar lo mismo. Al año más o menos ya todos fabricaban también de fibra de vidrio”, recuerdan los Manzi, nietos del precursor.
| Nombre Comercial de la Empresa: |
| Campanili |
| ¿Conforma parte de un grupo de empresas? |
| No |
| Año de Fundación |
| 1940 |
| Generación que conduce la empresa: |
| Tercera generación |
| Miembros de la familia que integran la dirección de la empresa |
| Adrián Marzi, gerente de Producción |
| Mario Marzi, gerente Comercial |
| ¿Es una empresa BtoB - BtoC - Ambas? |
| 70% BtoC y 30% BtoB |
| Rango de empleados directos: |
| Menos de 50 |
| Tipo de Pyme - Rango de facturación: ver tabla aquí |
| Mediana Tramo I |
| ¿La empresa tiene sucursales o filiales? Propias o Franquiciadas/Tercerizadas |
| No, sí una red de 20 revendedores |
| ¿La empresa tiene un protocolo familiar que la rige y regula? |
| No |
| De los proveedores: |
| ¿Qué prepaga tiene el personal directivo o jerárquico? |
| Varias |
| ¿Qué compañía de comunicaciones brinda los servicios… |
| Internet: Arnet y Trimotion |
| Telefonía móvil: Movistar (10 líneas) |
| ¿Con qué bancos opera la empresa? Según el grado de importancia |
| Galicia y Patagonia |
| ¿La empresa trabaja con alguna SGR? |
| No |
| ¿Con qué ART trabaja la empresa habitualmente? |
| Experta |
| ¿Trabajan con alguna agencia de publicidad y/o prensa? |
| No |
¿Sabías que…
… el 80% de los productos que vende Campanili están vinculados a la pesca
El Mar de Ansenuza es un espacio subutilizado en Córdoba y de gran potencial para la actividad
En Córdoba -se estima- hay unas 20.000 lanchas, pero sólo unas 3.000 están en actividad y en regla.
Producción: Lara Biain / Gina Biain
Fotografía: Marco Cabral