El Marketing se quedó sin tiempo. Se terminó
Las marcas que no se quiten el polvo de encima, que no rompan su zona de confort y que no salgan a la calle a estar donde está la gente no podrán acompañar los nuevos tiempos. Allí es donde pasan cosas. Allí es donde se producen experiencias de consumo.
A productos similares, ofertas diferenciada
“Perros Bienvenidos” reza el cartel en la vidriera de Orvis. No, no es una veterinaria. Tampoco un pet shop. Es una tienda de moda, ropa para seres humanos. ¿Y por que “Perros Bienvenidos”? … ¿y por qué no ? Mientras que en ninguna tienda te permiten ir a comprar ropa con tu mascota en Orvis, sí. ¿Cuánto de facturación se pierden quienes no lo permiten? Pensalo.
Lo que no pasa por el cuerpo, no queda
Podés contar, podés argumentar, podés relatar uno y mil conceptos. Todos lo hacen. Poco nos queda. Enseñame, mostrame, haceme sentir. Definitivamente retenemos cuando nos pasa por el cuerpo. Compramos con el corazón, no con la cabeza.
No competimos por productos. Competimos por tiempos
Quien crea que hoy la guerra se libra por productos o servicios se equivoca. Mucho antes que ello la pelea es por la atención que podemos llegar a lograr. Si mi marca no conmueve, no genera emociones, no llama la atención, ¿cómo puedo pensar entonces en vender productos y servicios?
Me adapto (o no) a la diversidad
¿Pensamos las marcas en base a criterios de segmentación específicos? Es decir, ¿entendemos que ya no sólo hablamos de segmentos si no más bien de fragmentos? Grupos, tribus, etnias. Nichos. Si vivís en EE.UU. o Europa y te creas una nueva cuenta en Facebook hoy hay más de 50 opciones a la hora de marcar el sexo que te define. Sí: 50. Entonces: ¿pensamos las marcas en base a criterios de segmentación específicos?