Parece complejo, pero sólo se trata de generar un microsistema en un estanque vinculado a la piscina. Imitando al proceso de los cursos de aguas naturales, el agua pasa por el estanque, se purifica gracias a la acción de las algas, sin necesidad de productos químicos. O sea además, implica un ahorro económico en el mantenimiento.
En piscinas existentes se pueden lograr bajando la altura de al menos uno de sus muros -pueden ser en todo su contorno también- y en el perímetro generar el estanque: un hoyo no muy profundo, lo ideal es que un tercio de la superficie total se destine a la zona de regeneración. Con una bomba se logra la recirculación del agua y puede retornar a la piscina en forma natural o a través de cascadas o atractivos chorros.
En el fondo del estanque se coloca una lona impermeable y se ubican las especies: plantas de borde, flotantes como nenúfares y lotos, y especies submersas oxigenantes que proporcionarán el crecimiento acelerado de los microorganismos que eliminan las bacterias y mantienen la piscina limpia. Es recomendable separar el sector de la piscina propiamente dicha del área de depuración por medio de algún recurso arquitectónico.
Una idea para considerar en casas de campo o jardines grandes porque crean un ecosistema armónico altamente gratificante.
Piletas naturales (aguas limpias sin químicos)
(Por Sara Bongiovanni) Sustentabilidad y ecología parecen ser los conceptos que definen esta era. Ya experimentamos las consecuencias del cambio climático por la falta de cuidado al medio ambiente, y empezamos a preocuparnos y a despertar la creatividad para no resignar confort y evitar males mayores. Con esta premisa, y muchos otros beneficios, aparecen las piscinas ecológicas o naturales, toda una tendencia en Europa. Aguas limpias,sin productos químicos. ¿Te animás?