La mamoplastia endoscópica axilar es una variante del aumento mamario tradicional en la que se utiliza un endoscopio, un dispositivo con cámara, para guiar la colocación de los implantes a través de una pequeña incisión en la axila.
"El aumento mamario axilar existe desde hace más de 20 años en Argentina y en Córdoba, pero lo novedoso de esta técnica es el uso del endoscopio, que nos permite visualizar el procedimiento en una pantalla, logrando una cirugía más prolija, precisa y con menor sangrado", explica Madrazo.
Este abordaje tiene varias ventajas sobre las técnicas tradicionales, como la subglandular (a través del surco mamario) o la periareolar (alrededor del pezón). "La gran diferencia es que no tocamos la glándula mamaria. Esto significa que, si hay nódulos o quistes, no se ven alterados, lo que mantiene la anatomía natural de la mama", señala el especialista. Además, la cicatriz queda oculta en el pliegue axilar, volviéndose casi imperceptible con el tiempo.
Según Madrazo, esta técnica es ideal para pacientes que buscan un aumento moderado de volumen y un resultado natural sin cicatrices visibles en la mama. Sin embargo, aclara que no todas las pacientes son candidatas: "Si la piel ha perdido elasticidad por cambios de peso o embarazos, puede ser necesario un levantamiento de la glándula o una mastopexia, lo que requiere otra vía de acceso".
En cuanto al postoperatorio, el doctor asegura que la recuperación es más rápida y con menor dolor que en las cirugías convencionales: "Siempre apuntamos a una cirugía de recuperación rápida, minimizando el tiempo de internación y el dolor, para que la paciente pueda reincorporarse a sus actividades cotidianas lo antes posible".
Si bien la mamoplastia endoscópica axilar es una técnica en auge, su aplicación es todavía limitada en el país. "En Córdoba, soy el único cirujano que realiza este procedimiento y en Buenos Aires hay solo dos médicos capacitados en esta técnica", destaca Madrazo, quien realiza las intervenciones en el Sanatorio Allende.
Con resultados prometedores y una creciente difusión, esta innovación en cirugía estética podría convertirse en el nuevo estándar para quienes buscan una mamoplastia de aumento con menos cicatrices y mayor precisión. "El desafío ahora es informar a los pacientes y a los colegas sobre las ventajas de esta técnica para que puedan considerarla como una opción válida", concluye el cirujano.
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