Claudio Drescher: “Con Jazmín Chebar estamos construyendo una marca para los próximos 100 años”

Siempre me llamó la atención lo efímera que suele ser la vida de muchas marcas de indumentaria. Se me ocurre que algunas -como Rodrigo- viven a mil una corta y explosiva carrera para convertirse luego en historia.
A mayor fama y exposición -parecería ser la lógica- una muerte más próxima se les avecina.
“En esta industria la barrera de ingreso es muy baja -explica Claudio Drescher (foto), padre de marcas longevas como Caro Cuore o Vitamina-; eso hace que ingresen muchos jugadores no necesariamente profesionales que no saben manejar las vicisitudes y las diferentes etapas en el desarrollo de una marca”.
Y aunque en la base de todo tiene que haber un buen concepto y un gran diseño, luego hay que saber entender y guiar el proceso de desarrollo de una marca, creciendo en el mercado nacional y conjugando las tensiones entre volumen (necesario para mejorar el negocio) y exclusividad (que es lo que piden todos los clientes).
“En algunas prendas de Jazmín Chebar, a Córdoba llegan 4 ó 5 unidades, una por talle -explica Drescher, quien no se cansa de alabar el talento de su socia para el diseño y la creación de tendencias-; nosotros estamos trabajando un marca para los próximos 100 años”, dice y no habría que tomarlo a la ligera: Caro Cuore, su primer “hijo” ya está pisando los 30 y -aunque él ya no tenga que ver con ese desarrollo- sigue gozando de muy buena salud.

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.