Las altas cargas sociales y la proliferación de planes asistenciales llevan a que mucha gente gane más trabajando como informal que contratado por una empresa que cumple con todas las normas. Con incentivos tan perversos no sorprende que la informalidad laboral supere al empleo asalariado registrado, explican desde Idesa.
“... los asalariados registrados en empresas privadas y en el sector público representan apenas el 47% de los ocupados. Es decir, menos de la mitad del mercado de trabajo. El resto se integra por un 30% de cuentapropistas y un 23% por trabajadores asalariados no registrados también conocidos como empleados “en negro”.
¿Por qué es tan masiva la informalidad? Dentro de la multiplicidad de factores explicativos resulta muy sugerente un telegrama, al que tuvo acceso IDESA, de renuncia de un trabajador de Tucumán enviado a su empleador que dice textualmente: “Por la presente, presento mi renuncia en forma indeclinable como así también solicito en carácter de urgente la baja laboral ya que significa un perjuicio en mi economía, al no poder acceder a ciertos beneficios como ser planes sociales y otras asignaciones”.
Tomando datos del Indec referidos al 4° trimestre del 2020, se puede hacer el siguiente cálculo:
- Un empleador para poner en blanco a un trabajador tiene que pagar, sumando salario bruto más cargas sociales, unos $ 67.000 mensuales.
- El trabajador recibe como salario de bolsillo, es decir neto de aportes, unos $ 45.000.
- Trabajando en la informalidad ganaría unos $ 20.000 que sumados al programa Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar por otros $ 20.000 llega a unos $ 40.000.
Estos datos son aproximados, pero muestran que es muy factible que en la informalidad se consigan mejores ingresos que con un empleo formal. Hay que tener en cuenta que una persona de bajas calificaciones, si consigue un empleo formal, seguramente es con un salario inferior al promedio, añaden desde Idesa.
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