En el diverso mundo de los taxistas, algunas divisiones clásicas son:
- Los dueños de una chapa que no trabajan la unidad y tienen dos "peones" (uno por cada turno); explotan el negocio -literalmente- cambiando el auto muy seguido y "renegando" con los empleados (que nunca fueron "fáciles).
- Los dueños de una chapa que trabajan la unidad un turno (de 6 a 18, por ejemplo) y contratan un empleado para el otro turno. Reniegan menos, tienen su propio "sueldo" y la rentabilidad del otro turno. El negocio da...
- Los dueños que no quieren renegar, trabajan sólo ellos la unidad y se conforman con un buen sueldito que -siendo organizado- alcanza para cambiar la unidad si se es cuidadoso.
Pleno empleo: no se consiguen choferes de taxis (y se aceptan empleados con antecedentes penales)
Hace unos años atrás muchos creerían que $ 3.500 por mes por un trabajo de 12 horas era un salario razonable. Pero la realidad (¡y los precios!) se mueve y hoy los dueños de taxis no encuentran choferes, situación que se agravó en los últimos meses. Resultado: autos parados o se ven obligados a tomar gente con antecedentes penales, para lo cual la Municipalidad debe otorgar un permiso especial.
Si bien esta última opción no es la más común, no deja de ser grave ya que se trata de un transporte público.
Desde los permisionarios -que pujan por un aumento tarifario- se explica que los salarios para los taxistas (entre el 30 y 35% de la recaudación de su turno) no son lo suficientemente atractivos, aunque la posibilidad de sufrir un accidente o un hecho de inseguridad también conspiran contra las posibilidades de encontrar personal para manejar los taxis.