Qué se pudo prevenir (y qué no) de una tormenta fuerte en una ciudad débil
La "madre naturaleza" se ha encargado de demostrar con creces que sus cataclismos pueden desorganizar la más organizadas de las comunidades. Y sumir en el peor caos a las menos preparadas. Los últimos terremotos de Japón y Haití son buenos ejemplos de ambos extremos y podríamos situar en un punto intermedio el que vivieron los hermanos chilenos.
Con muchísima menos intensidad y gravedad que los anteriores, el meteoro que cruzó ayer la ciudad de Córdoba deja al descubierto falencias y también virtudes que conviene sopesar para no convertirnos en un cúmulo de dedos acusadores que no aportan mucho.
Si al principio de la tormenta faltó un alerta concreto y bien comunicado (parece que los alertas meteorológicos son como el lobo del cuento del pastorcito), cuando la tormenta pasó -me parece- las autoridades actuaron con rapidez y buena coordinación.
Debate abierto para decir qué nos pasó y qué cosas concretas deberían cambiar o mejorar de cara a la próxima tormenta que -inexorablemente- llegará algún día.
(Foto: Este árbol caído en la Plaza San Martín resistió muchos años y tormentan de pie, hasta ayer. Habla de la magnitud del meteoro)