“Con una perspectiva de mediano plazo que seguirá condicionada por la evolución de la pandemia, la economía y el empleo deberán sortear enormes desafíos para recuperar la senda del crecimiento en Argentina. En este contexto, para las empresas y organizaciones que buscan capitalizar la experiencia del año de la pandemia, la clave pasa por asimilar los cambios, incorporar los aprendizajes y sostener la flexibilidad que les ha permitido adaptarse para mantener su productividad y el trabajo de sus equipos en un entorno completamente adverso”, sostuvo Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.
Estas son las siete tendencias más importantes identificadas por los expertos de Randstad que impactarán en el empleo a partir de 2021 y sentarán las bases del mundo del trabajo post COVID-19 a nivel global:
1. Distanciamiento como principal herramienta de prevención
Las pautas de distanciamiento físico en plantas, oficinas y ámbitos laborales se mantendrán por tiempo indefinido para garantizar la seguridad mientras continúen los riesgos asociados a la pandemia. Tomando en cuenta que las empresas tienen por delante el desafío de generar confianza para el regreso gradual y paulatino de su personal a los ámbitos de trabajo, la adecuación de sus instalaciones, procesos y estándares de trabajo son un elemento clave de ese proceso.
2. Deslocalización del trabajo
La cuarentena y el distanciamiento social preventivo y obligatorio llevaron a la mayoría de las organizaciones a adecuar su modo de funcionamiento para que sus colaboradores pudieran trabajar desde los hogares. Esta situación forzada ayudó a derribar barreras culturales y prejuicios en torno al trabajo remoto, el home office, la productividad y el rol de la presencialidad. Uno de los principales resultados de este gran experimento social es una mayor deslocalización del trabajo que impactará en la demografía, las elecciones de vida de los trabajadores y la dinámica de los grandes centros urbanos, entre otros factores.
3. Digitalización y nuevas habilidades laborales
La pandemia ha sido un fenomenal catalizador de la transformación digital de las organizaciones. La evolución lograda con la experiencia del 2020 ha sido equivalente a cerca de 3 o 4 años en condiciones normales. Esta situación hace que los cambios en el mundo del trabajo se den a un ritmo nunca antes visto, acortando radicalmente la vida útil de los conocimientos y habilidades laborales, conformando un nuevo set de skills necesarios para hacer frente a los trabajos del futuro.
4. La capacitación y un nuevo rol para las empresas
El aprendizaje permanente a cualquier edad se instala con fuerza como paradigma dominante como respuesta a la velocidad de los cambios y la incertidumbre que hace inciertas las competencias y las habilidades que demandarán los trabajos del futuro. Frente al desafío de formar al talento y hacer frente a la obsolescencia programada de las habilidades laborales, se consolida el rol central de las empresas como formadores como alternativa frente a las los sistemas educativos tradicionales que parecieran alejarse cada vez más de las necesidades del mercado laboral.
5. Mayor flexibilidad y trabajo por objetivos
El experimento de home office masivo instaurado por la cuarentena llevó a muchísimas empresas a reconocer que el control horario y la presencialidad no son necesarios para asegurar la productividad. Esta situación ha puesto en evidencia que la organización del trabajo en base al horario está quedando obsoleta y el trabajo por objetivos va ganando terreno. Los acuerdos de trabajo remotos, híbridos o mixtos se consolidarán como la opción preferida, tanto de los empleadores como de los trabajadores.
6. Transmisión de cultura y desarrollo de vínculos
Contener y acompañar a los colaboradores para que los nuevos esquemas de trabajo flexible y remoto se traduzcan en experiencias positivas para todas las partes implica para las empresas la reformulación de los espacios de transmisión de la cultura y valores organizacionales. Uno de los principales desafíos para las organizaciones pasará por impulsar y mantener las relaciones personales y los vínculos entre colegas a pesar de la virtualidad.
7. Reclutamiento, onboarding e inducción virtuales
Aunque las incorporaciones de personal en procesos completamente virtuales suman complejidad al proceso de onboarding e inducción de los nuevos colaboradores, esta experiencia es otra de las que no tendrá retorno y ha llegado para quedarse, permitiendo experiencias enriquecedoras para que los nuevos trabajadores tomen contacto –aún a la distancia-, con la cultura y los valores de la organización.