Y vos, ¿qué sos? ¿Baby Boomer? ¿Generación X o Generación Y?
¿Sentís que los “chicos” más jóvenes (la Generación Y) no tienen mucho compromiso laboral con tu empresa? ¿Que los gerentes intermedios (Generación X) están escépticos, desencantados y son muy individualistas? No te desesperes: les está pasando a muchos.
Es que los responsables de recursos humanos han identificado una situación inédita en las organizaciones: en un mismo ambiente de trabajo -cada vez más horizontal y participativo- conviven tres y hasta cuatro generaciones diferentes, con sus particulares visiones y valores, a las que hay que armonizar y alinear con los objetivos de la empresa.
La head hunter Alicia Peirano de Barbieri (foto) sostiene que las empresas deben identificar y entender a los integrantes de cada generación para poder retener los talentos, que en muchos casos ya son el principal capital de una empresa.
Algunos tips para identificar las 4 generaciones que pueden convivir en una empresa y saber a cuál pertenecés vos, en la lupita que te lleva a ver la nota completa.
- Baby Boomer: aquellos que nacieron entre 1945 y 1965, los que entregaron todo al trabajo y descuidaron su balance entre obligaciones y vida personal. Una oficina más grande que el resto es muy importante para ellos. Un buen auto es un símbolo de status y miden el éxito en función de la fortuna alcanzada. Y no piensan en retirarse…
- Generación X: nacieron entre 1966 y 1980, vivieron el “hippismo”, las drogas y les estalló el pánico del sida, castrándolos imaginariamente. Escépticos, viven sin grandes proyectos a largo plazo, adoran la serie Friends y fueron los primeros en ponerse los auriculares de un walkman. Incorporan el “Ego Balance” (vida-trabajo) y las mujeres postergan su maternidad para tener uno o dos hijos, máximo. Allí encontramos también a los Dinks (Double Income No Kids) matrimonios sin hijos donde ambos trabajan y acceden a bienes y esparcimientos superiores a sus pares sin hijos.
- Generación Y: los que nacieron después de 1980 y están tomando “peso” en las empresas. Respetan la diversidad, no discriminan a gays, gordos o peli-raros. Todo bien con ellos, flexibles, quieren todo ya y les aburren las reuniones (“mandame un mail”, es su frase latiguillo). Aprenden haciendo y a las 5 de la tarde toman sus petates y desaparecen hasta el otro día. Se exhiben en Facebook y pueden andar descalzos antes que sin celular. Parecen con bajo compromiso pero buscan un coach o un mentor… o un padre en las empresas. No resignan nada por el trabajo y a todos les gustaría trabajar en Google.