En un principio, Manuel Tagle, presidente de la Bolsa, fue el encargado de alzar la voz por parte del sector empresarial. Sostuvo que hay una necesidad de llegar a un “consenso” entre los empresarios, apostando a la estabilidad monetaria como el único camino hacia un crecimiento.
Tagle también hizo referencia a la actitud del presidente electo, Alberto Fernández, y la calificó como “preocupante”. Indicó que esta “ambigüedad” de no saber hacia dónde va es algo desconcertante.
Suppo, por su parte, intentó dibujar un escenario acerca de cómo se llegó a este momento, a lo que denominó como “las puertas de un nuevo cambio político”.
Si bien hay un regreso (evidente) del kirchnerismo, el periodista resaltó que “ganaron, pero acompañados por el peronismo, con el que no necesariamente tienen una relación tan consolidada”.
Distinguió, además, dos grandes líneas en la historia reciente de Argentina:
- una tendencia a la decadencia económica del país: “La economía decae por lo menos desde hace 50 años”, dijo; y
- una tendencia binaria de la política: “Nos acostumbramos a hablar del fenómeno de la grieta, que siempre existió, pero que fue brutalmente exacerbado en el gobierno de Cristina Kirchner”.
A este “nuevo kirchnerismo” lo asoció a formaciones políticas, alianzas y acuerdos circunstanciales para alcanzar el poder: “Esto de las alianzas se da tanto en el partido que ganó las elecciones como el que sigue hasta el 10 de diciembre”, indicó.
Suppo los definió como “varios partidos o fuerzas que aceptan coexistir bajo paradigmas relativamente similares que, claramente, ponen en un segundo plano las diferencias y cuando las crisis aparecen, esas diferencias pueden ser muy difíciles de resolver”.
¿Cambios en estas elecciones?
En primer lugar cambiaron las proporciones: en 2015 hubo un virtual empate, ahora no.
Además, uno de los factores fundamentales de cualquier elección es la valoración que los electores hacen de la situación económica: “El dato interesante es que, contra viento y marea y con una situación económica adversa, un 40% de Argentina eligió persistir más allá de que había fracasado en lo económico”.
En cuanto al cambio de actitud de los electores, sostuvo que “la segunda batería de fuertes aumentos tarifarios generó un impacto directo en la clase media-baja, una parte de la cual había apoyado a Macri en 2015 (pequeños comerciantes, cuentapropistas, gente que tenía una carnicería, una mercería, por ejemplo)”.
Eso, sumado al proceso inflacionario y que los acreedores externos dejaron de “prestar” dinero “introdujo en el electorado la idea de un deja vu: la gente entendió que volvíamos a otra crisis”, agregó Suppo.
Lo que viene (o lo que cree que viene)
“CFK hizo un trabajo ‘inteligente’ utilizando el caudal político como núcleo central para empezar a traer gente”.
Suppo la ubicó como la hacedora de un hecho inédito a nivel mundial: “Es la primera vez que una vice señala con el dedo a su candidato a presidente, que a su vez, se sorprende por ser el ‘elegido’ de Cristina”.
“El resultado de esta alianza electoral es una incógnita porque no es que volvió el peronismo o volvió el kirchnerismo: volvieron varios ‘pedazos’ en torno a un presidente que no tiene un espacio político propio”, agregó el secretario de La Nación.
También sostuvo que “Fernández insiste que CFK no le va a condicionar el gobierno, pero habrá que ver sobre la marcha cómo funciona. En este sentido, hay una demanda que Alberto tiene que satisfacer: las 15 causas que tiene Cristina”.
Según Suppo, quedan por establecer varios puntos:
- la verdadera dimensión que tiene la crisis argentina,
- la capacidad y coraje que pueda tener Alberto Fernández (que siempre estuvo en segundo plano, que siempre se encargó de ejecutar),
- la cohesión de esta alianza que encabeza, y
- si la fortaleza de los valores de la oposición será un freno a la impunidad en Argentina.