Dicen que el blanqueo no tendrá impacto inmobiliario (pero podría ser un gran negocio)
Desde el punto de vista político, la decisión del kirchnerismo de blanquear dólares “en negro” tiene un alto costo. Es lo mismo que hizo el menemismo a principios de los ’90. Pero sus defensores aseguran que es una medida que traerá beneficios, entre ellos, reactivar el mercado inmobiliario, lo que generará nuevos empleos.
Sin embargo, para el economista Gastón Utrera, la polémica medida no tendrá relevancia en el sector.
“Supongamos que una persona decide blanquear US$ 100 que tiene en negro en el exterior y toma el Cedin del Banco Central. Luego, si quiere mantener su posición en dólares, vende el bono a un desarrollista, el dueño de un corralón o un inmobiliario (los que tienen bienes que se pueden comprar con Cedin), digamos que a US$ 90. Este último, después, va le vende el título al Central. Así, el ‘blanqueador’ se quedó con US$ 90 y el desarrollista se ganó US$ 10 de comisión. No se construyeron nuevas propiedades y esto ocurre aun poniendo a más intermediarios entre la primera operación y el cambio final del bono en el Central”, ejemplificó Utrera.
“Aparecen oportunidades de negocios financieros –subraya- pero no reales. La cantidad de operaciones no traccionará nuevas construcciones”, dijo.
¿Cuál es la disyuntiva del Gobierno si quiere maximizar el impacto inmobiliario? En la nota completa.
Desde el punto de vista político, la decisión del kirchnerismo de blanquear dólares “en negro” tiene un alto costo. Es lo mismo que hizo el menemismo a principios de los ’90. Pero sus defensores aseguran que es una medida que traerá beneficios, entre ellos, reactivar el mercado inmobiliario, lo que generará nuevos empleos.
Sin embargo, para el economista Gastón Utrera, la polémica medida no tendrá relevancia en el sector.
“Supongamos que una persona decide blanquear US$ 100 que tiene en negro en el exterior y toma el Cedin del Banco Central. Luego, si quiere mantener su posición en dólares, vende el bono a un desarrollista, el dueño de un corralón o un inmobiliario (los que tienen bienes que se pueden comprar con Cedin), digamos que a US$ 90. Este último, después, va le vende el título al Central. Así, el ‘blanqueador’ se quedó con US$ 90 y el desarrollista se ganó US$ 10 de comisión. No se construyeron nuevas propiedades y esto ocurre aun poniendo a más intermediarios entre la primera operación y el cambio final del bono en el Central”, ejemplificó Utrera.
“Aparecen oportunidades de negocios financieros –subraya- pero no reales. La cantidad de operaciones no traccionará nuevas construcciones”, dijo.
¿Cuál es la disyuntiva del Gobierno si quiere maximizar el impacto inmobiliario? En la nota completa.