El legislador Oscar González habló ayer por primera vez después del accidente que protagonizó en el Camino de las Altas Cumbres, y que le costara la vida a una mujer y heridas serias en dos jóvenes. El peronista aseguró que no recuerda lo ocurrido, y repitió que sus abogados le han dicho que los testigos de la Fiscalía han dado “una versión absolutamente distinta”. “Hay sustanciales novedades que cambia lo que se ha dicho hasta hoy del escenario del accidente”, subrayó. Además, pidió no regresar a la banca mientras la Justicia no falle sobre las responsabilidades en el accidente, y la Legislatura, en la sesión de hoy o en la de la semana que viene, votará su suspensión.
González está imputado por “homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas”. El accidente ocurrió el sábado 29 de octubre en el Camino de las Altas Cumbres, donde González chocó de frente con su BMW X1 con un Renault Sandero en el que viajaban la víctima fatal, su hija de 14 años y una amiga de ésta, de la misma edad.
En una entrevista que concedió a Radio Verdad, de Villa Dolores, González remarcó: “Yo no puedo ni debo inmiscuirme en la instrucción de la Fiscalía de Cura Brochero. Lo que sí puedo decir, y es público, es que los testigos presenciales indican una versión totalmente distinta de la que existía hasta la fecha. Testigos que han sido aportados por la Fiscalía. No son ni testigos espontáneos, ni llevados por nadie; testigos buscados y aportados por la Fiscalía. Sería una falta de respeto de mi parte que yo avance y profundice sobre esos temas, pero debo decir que por lo que mis abogados, mi defensa, me indican, lo que los testigos presenciales han dicho es totalmente diferente a las versiones que hasta hoy estaban vigente”.
Además, anticipó que envió una nota a la Comisión de Asuntos Constitucionales para expresar que no habrá de reincorporarse a la Legislatura “hasta que el proceso judicial no esté definitivimamente concluido”. “Quiero volver con la tranquilidad absoluta de que me corresponde hacerlo, y si no, prefiero no volver”, agregó.
Hasta el momento, González había pedido una licencia de seis meses, que entonces prorrogaría mientras no haya un fallo judicial sobre el accidente. Además, abandonó la presidencia provisoria de la Cámara, cargo en el que fue reemplazado por Nadia Fernández. Descartó, en tanto, que vaya a renunciar a su banca porque, dijo, insistiendo con su planteo, “creo que todos tienen derecho a la defensa, y las cosas pueden resultar totalmente distintas”. “Hay que esperar que se sepa cuáles son las responsabilidades de cada uno”, enfatizó.
Precisamente la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside el llaryorista Juan Manuel Cid, se reunió ayer para escuchar los planteos de los legisladores que pedían sanciones para el peronista. Cecilia Irazuzta (Coalición Cívica-ARI) y Marcelo Cossar (Juntos UCR), Luciana Echevarría (MST) y Noelia Agüero (Izquierda Socialista) quieren que González sea expulsado. El resto del bloque Juntos UCR solicitó una suspensión de un año, y Orlando Arduh (Juntos por el Cambio) consideró que el dolorense no debe volver a la Cámara mientras dure la causa judicial.
La Comisión, por mayoría, resolvió que González sea suspendido hasta que la Justicia falle, lo que podría significar que no regrese a su banca porque su mandato concluye en diciembre de 2023, y la causa podría extenderse mucho más allá de esa fecha.
González afirmó que continuará trabajando por el peronismo, y destacó que habló con el gobernador Juan Schiaretti y con el intendente de Córdoba, y candidato provincial para el 2023, Martín Llaryora. Así, sostuvo que no siente que El Panal le haya soltado la mano, y recordó que la posición del oficialismo ha sido siempre no opinar de cuestiones judiciales. “Schiaretti me expresó su solidaridad y su preocupación, por la familia y por los accidentados, y también he hablado con Martin Llaryora, más de una vez”, contó.
De la oposición, que pide su apartamiento, indicó que no le interesa opinar porque “eso sería descender a niveles de conciencia demasiados bajos y no estoy dispuesto a eso”. “Si alguien quiere hacer política con la muerte de una mujer y la salud de dos niñas me parece deleznable”, continuó.
Respecto de los legisladores de Traslasierra Julio Bañuelos y Alfredo Altamirano, que coincidieron con el planteo opositor para que González sea expulsado, comentó que “lo único que me causa dolor es que en lugar de publicarlo en las redes no me lo hayan dicho a mí”.
González aseguró que está “atravesando los dias más tristes, amargos y aciagos de mi vida”.
“Tenía pensado no hablar de este tema hasta tanto no hubiera un fallo judicial acerca de lo que pasó, pero he resuelto hablar por distintos motivos: uno, por toda la gente que me ha acompañado por tantos años; otro, por mi familia; y también por mis viejas luchas por traer a Traslasierra progreso, trabajo y mejor calidad de vida para nuestra gente”, explicó al periodista que lo entrevistó.
González insistió con que no recuerda “el momento del accidente”. “No se cómo salí del vehículo, si solo o me sacaron, no tengo memoria de lo que ocurrió, lamentablemente; lo único que puedo decir al respecto es que cuando supe que había una persona muerta y dos niñas malheridas cruzó por mi mente que hubiera dado mi vida por haber sido yo el que hubiera sufrido la tragedia final. Dios ha planteado las cosas de otro modo, y ha puesto una cruz en mi espalda y debo sobreponerme a esto. Del instante del accidente no tengo memoria, lamentablemente, de haberme intentado adelantar a alguien”.
Luego, acusó estar sufriendo un “linchamiento”, y rechazó que se hubiera negado a hacerse un análisis de sangre tras el accidente, que eludiera entregar su celular, y que gente de su confianza se llevara los bolsos sin permisos de las autoridades a cargo de la escena. Rechazó, asimismo, que los bolsos tuvieran otra cosa que ropas y un regalo de un amigo.
Por otro lado, recalcó que no había cometido infracciones en el camino, antes del accidente, que el carné de conductor lo sacó en Las Tapias porque le había resultado cómodo, que tenía dos multas por exceso de velocidad pero que recuerda solo el caso de una, y que no entorpeció la asistencia médica para las heridas. Sobre este último punto, protestó: “Esa es otra infamia y otra canallada. Yo estaba tirado sobre el pasto de la banquina, y a los pocos minutos me pusieron una máscara de oxígeno, y llegué a Mina Clavero con máscara porque el traumatismo de tórax me había causado una ventilación muy pobre de los pulmones, y estaba con un déficit de oxígeno importante. No puedo decir que estaba grave, pero no estaba en condiciones. Estaba aturdido, no estaba en condiciones de ayudarme ni a mí mismo”.