Un recorrido por los olores, sabores y paisajes de Malargüe.
(GS) Esta ciudad mendocina atrae principalmente a los turistas por sus hermosos paisajes cuyanos y sus atractivos geológicos, como el Castillo de Pincheira o la Cueva de las Brujas. Pero todos los años para esta fecha, una festividad hace que casi toda la capacidad hotelera esté cubierta.
El olor a asado y la música nos reciben en la vigesimoquinta Fiesta Nacional del Chivo; un predio al aire libre y un escenario digno de un gran festival, son el marco perfecto para disfrutar del chivito malargüino y de los clásicos vinos mendocinos. El miércoles a la noche la celebración estuvo dedicada a los jóvenes: 17 bandas locales y La Mancha de Rolando fueron los encargados de entretener al público; el jueves 13 el plato fuerte fue el Chaqueño Palavecino, y el viernes le tocó el turno a Los Carabajal y Víctor Heredia.
El cierre del festival estuvo a cargo de dos artistas muy distintos: La Sole y la banda cordobesa de cuarteto La Konga. (Más sobre el Castillo de Pincheira, la cueva de las brujas y que más pasó en la fiesta en ver la nota completa).
Caverna de las Brujas. Es difícil describir con palabras la experiencia que uno vive dentro de la Caverna de las Brujas. Un guía nos invita a pasar a la primera sala subterránea -equipados con trajes de seguridad y de iluminación- donde nos narra la historia del nombre del lugar mientras uno acostumbra la vista a la oscuridad total. Después de 15 minutos aproximadamente, es notorio ver cómo, donde antes no se veía nada, ahora empezamos a notar las siluetas de quienes nos acompañan. El recorrido nos deleita con estalactitas, estalagmitas, cortinas de piedra e incluso corales marinos fosilizados. El recorrido dura cerca de 2 horas y el silencio que hay en el interior de la tierra es tal que hasta se pueden escuchar los latidos del corazón de tus compañeros de viaje.
Cabalgata por el río Malargüe. Una opción para pasar el día en el campo es la cabalgata. Hay distintas ofertas al respecto: desde jornadas de 2 horas hasta otras de 7 días donde se pueden cruzar Los Andes a caballo. En esta ocasión fuimos a la casa de Marcelo de Valles y Aventura. Un lugar pintoresco ubicado a minutos del centro malargüino. Cuando uno lo escucha hablar, se da cuenta del cariño y el cuidado que tiene con sus animales. La cabalgata es ideal para compartir el momento entre amigos, reírse y distenderse, incluso para compartir unos mates y una picada sentados a la sombra de un sauce de 70 años.
Fiesta Nacional del Chivo. Este festival nacional es un espacio pintoresco y cálido que refleja que Malargüe es una ciudad con alma de pueblo. La fiesta fue impecable desde todos los aspectos de la organización y la coordinación. Lamentablemente hubo dos episodios que opacaron esto. El primero, durante la actuación del grupo Coral Lutherienses -grupo que recrea las obras de Les Luthiers-, quienes estaban interpretando “Educación Sexual Moderna”; un sacerdote sanrafaelino perteneciente a la congregación del verbo encarnado irrumpió en el escenario principal y le arrebató el micrófono al actor y pidió que la actuación se suspenda. El segundo hecho fue con la prensa durante el show de Soledad cuando la policía y las personas de seguridad no dejaban a los fotógrafos y camarógrafos que se acercaran al vallado para poder cubrir el espectáculo. En ambos casos el responsable de prensa de la municipalidad de Malargüe no dio respuesta a las preguntas y optó incluso por pelearse con algunos periodistas curiosos por lo que había ocurrido. Pero esas son simplemente 2 manchas que no opacan la calidad del festival que este año se animó a combinar -desde mi opinión muy satisfactoriamente- el folclore, el rock y el cuarteto.