Las empresas desde hace años vienen explorando distintas alternativas que permitan a sus colaboradores sumar beneficios por fuera del salario monetario, ya sea a través de descuentos, cupones, o vouchers por algún producto o servicio vinculado tradicionalmente al esparcimiento o el bienestar.
Esos programas de beneficios hoy se convirtieron también en un termómetro de la actividad económica y la percepción de los empleados sobre su situación en una macro compleja, tal como refleja la experiencia recogida por Bonda, una de las principales organizaciones del mercado local dedicada a conformar estas alianzas comerciales.
La empresa surgió hace 15 años y se posicionó en el país con el nombre de Cuponstar dedicada a ofrecer soluciones de fidelización para consumidor final y empresas a través de las típicas cuponeras de descuentos que se habilitaban con un código gestionado por SMS desde cualquier celular. Por entonces, las estrellas eran los beneficios en cines, restaurantes y cafeterías.
La evolución de ese modelo y el desarrollo de nuevos conceptos de recursos humanos derivaron que la cuponera se transformara en una plataforma integral de beneficios con club de descuento, gift cards, sorteos, experiencias wellness, comunicación interna o capacitaciones entre otras opciones para el empleador y sus empleados.
La realidad se impone
Este tipo de programas de beneficios en los últimos tiempos percibieron la preocupación de las empresas por hacer que los salarios acompañen el ritmo de inflación sin perder poder adquisitivo y tener a la vez propuestas que sean sostenibles en el tiempo, tal como explicó Luciana Psenda, marketing manager de Bonda.
La empresa es "una solución llave en mano para brindarle beneficios económicos a los colaboradores por fuera del salario monetario y potenciarlo", describió Psenda al enumerar las nuevas opciones incorporadas como bonificación de transporte, gift card para la carga de la tarjeta Sube o la carga de combustible para el vehículo.
Hoy la premisa es "ayudar a los colaboradores y acompañar este salario monetario con un beneficio que pueda tener una utilidad cotidiana" ante la percepción reflejada en un reciente relevamiento en más de 260 empresas que señalaron que más del 92% de sus colaboradores en algún momento se sintió agobiado por la inflación.
Psenda señaló que las empresas alarmadas decidieron acompañar el salario más allá del buen clima laboral, y la flexibilidad del sistema permitió un notorio cambio en las preferencias de los usuarios.
"Hace unos años el 50% de los beneficios tradicionales era en gimnasios y un 40% en entradas de cine, es decir opciones de esparcimiento y gastos extras que no tiene que ver con el gasto cotidiano".
El último relevamiento de Bonda reveló que hoy "el 50% de los usuarios utilizan sus beneficios en compras de supermercados o gastronomía, y un 30% en transporte público o combustibles, o gift cards en servicios de luz, gas o telefonía celular, convirtiéndose en un recurso de ayuda para los gastos diarios".
Crecer afuera
Como toda crisis, la coyuntura también afecta a las empresas, Bonda tiene en sus planes trabajar este año en la fidelización de los 450 clientes corporativos que ya tienen el país e incrementar su presencia en los países de la región, en particular en los mercados en los que ya está instalada como México, Chile, Colombia Perú y Uruguay.
Allí la percepción del beneficio es diferente, ya que en otros países las preferencias se distribuyen en otras categorías como indumentaria, moda o experiencias.
"La posición estratégica con el actual contexto es difícil sostenerse con la facturación en moneda nacional y porque las empresas están congelando las operatorias. La decisión fue expandirnos por fuera para trabajar con monedas más estables y apuntalar la sustentabilidad del negocio", precisó la directiva de Bonda al proyectar la posibilidad de incorporar 500 nuevas cuentas hacia fines de 2024, 60% de ellas fuera del país.
En la región también se observa que este tipo de beneficios tiene un impacto en la actividad de los colaboradores "no sólo en mejorar la productividad diaria sino que reduce en un 33% la rotación de personal", con el consecuente ahorro para la empresa.
El alcance del sistema es adaptable a organizaciones pequeñas o medianas desde los 50 empleados hasta el millón de colaboradores, como ocurre con el banco BBVA de México