El Banco Central reiteró que actuará con todas sus herramientas disponibles ante eventuales excesos de liquidez que pudieran emerger en los próximos meses, como consecuencia de la expansión monetaria para atender el crédito a las familias y las empresas para hacer frente a la pandemia.
"La postergación de las paritarias y de los ajustes de tarifas también contribuyen al menor dinamismo de precios"
La advertencia, que en los hechos apunta a adelantar que podría haber un aumento de las tasas de interés, está contenida en el último informe de Política Monetaria del BCRA del mes de agosto de este año.
También se señala que, en el año próximo, se proyecta una fuerte reducción de los niveles de déficit fiscal, cuya expansión este año está asociada a la atención de la pandemia.
Allí se adelanta que "en el segundo semestre la tasa de inflación mensual promedio será levemente superior a la observada en el segundo trimestre del año, a partir de un reacomodamiento de precios relativos asociado a la recuperación del precio de los servicios" privados.
Advirtió también que "el reinicio de las negociaciones salariales y la búsqueda de recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores, podrían ejercer presión sobre el proceso de formación de precios".
"Regulaciones de cambios y la flotación permitieron acotar la volatilidad sobre precios, actividad y estabilidad"
En ese contexto, y tras dejar a resguardo la tendencia descendente de la inflación respecto de la de 2019, es que el Central salió a cubrirse de la perspectiva de un repunte como consecuencia de la expansión monetaria.
"Hasta el momento el BCRA utilizó mayormente Leliq y pases, con una remuneración promedio en torno a 33% nominal anual, lo que implicó un esfuerzo nominal en los primeros siete meses del año similar a igual período de 2019 y significativamente menor en términos reales", señaló.
Volatilidad cambiaria
Para hablar de mercado cambiario, mencionó que "la acotada volatilidad cambiaria y el uso prudente de las reservas internacionales también han sido ejes de política monetaria del BCRA".
"El crecimiento en la demanda de dinero contribuyó a absorber una porción de recursos volcados a la economía"
Lo puso en línea también con la evolución de los precios: "Las regulaciones del mercado de cambios vigentes y el esquema de flotación administrada permitieron acotar la volatilidad cambiaria, y evitar así sus efectos negativos sobre los precios internos, la actividad y la estabilidad financiera".
Y también insistió con que el tipo de cambio no se ha retrasado: "El sendero de depreciación del peso, en un contexto de moderación de la inflación, permitió que el tipo de cambio real multilateral retornara a los niveles previos al inicio de la pandemia".
También observó el BCRA un sendero en el cual se está acotando de hecho la expansión monetaria. "El crecimiento observado en la demanda de dinero ha contribuido a absorber una significativa porción de los recursos volcados a la economía, dinámica que se reforzará una vez que se consolide la recuperación económica".
El grado de monetización de la economía, "se espera que cierre el año en valores razonables", acotó.
Por ciento, todas las fichas están puestas en la reestructuración de la deuda: "Permitirá avanzar en el proceso de reconstrucción del mercado de deuda en moneda doméstica. Aumentará la capacidad de financiamiento externo del sector privado, reduciendo la demanda neta de divisas en el mercado de cambios. Disipará gran parte de la incertidumbre financiera de los últimos meses. Finalmente, descomprimirá las necesidades financieras externas y liberará recursos para afrontar la reactivación económica", pronosticó.
Las siguientes fueron las principales definiciones contenidas en el informe:
- Inflación, paritarias, márgenes y servicios. Luego de los bajos registros inflacionarios durante los primeros meses del año, se prevé un proceso de reacomodamiento gradual de los precios relativos en la segunda mitad del año. A medida que las restricciones a las distintas actividades y a la movilidad de las personas vayan cediendo y la demanda gane impulso, los precios de los servicios privados cobrarían mayor dinamismo, tras haber quedado visiblemente rezagados frente a la evolución reciente de los precios de los bienes. Asimismo, el reinicio de las negociaciones salariales y la búsqueda de recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores, podrían ejercer presión sobre el proceso de formación de precios.
- Deuda y volatilidad cambiaria En los últimos meses las fuentes de financiamiento en moneda extranjera fueron exiguas, debido a la mayor incertidumbre financiera observada tanto por los efectos de la pandemia sobre los mercados emergentes como por el hecho de entrar en la etapa de definiciones del proceso de restructuración de la deuda pública bajo legislación extranjera. Las regulaciones del mercado de cambios vigentes y el esquema de flotación administrada permitieron acotar la volatilidad cambiaria, y evitar así sus efectos negativos sobre los precios internos, la actividad y la estabilidad financiera.
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Menor demanda de divisas en el horizonte. El nuevo perfil de vencimientos y la mayor capacidad de financiamiento externo del sector privado contribuirán a reducir la demanda neta de divisas en el mercado de cambios y dará espacio para la recomposición de las importaciones asociadas a la expansión de la producción y el consumo en armonía con el equilibrio externo.
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Expansión y absorción. El Banco Central actuará con todas sus herramientas ante eventuales excesos de liquidez que pudieran emerger en los próximos meses. En este sentido, hasta el momento el BCRA utilizó mayormente LELIQ y Pases, con una remuneración promedio en torno a 33% n.a., lo que implicó un esfuerzo nominal en los primeros 7 meses del año similar a igual periodo de 2019 y significativamente menor en términos reales.
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Fuerte reducción del déficit fiscal. En lo que resta del año, la política fiscal pondrá un mayor foco en la promoción de la reactivación del aparato productivo y en la atención de situaciones críticas derivadas de la emergencia económica y social. En línea con lo observado a nivel internacional, el déficit fiscal primario del año 2020 exhibirá un extraordinario aumento como consecuencia de la pandemia. Para el año próximo, una vez superada la emergencia sanitaria, se proyecta una fuerte reducción del déficit fiscal primario, ya sin las masivas asistencias extraordinarias a las familias y empresas que caracterizaron lo ocurrido desde abril de 2020.
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Financiamiento público futuro. Las necesidades financieras del sector público serán afrontadas básicamente con fuentes domésticas, previéndose la realización de acciones orientadas a la regeneración del mercado de capitales de deuda pública en moneda local.