Seamos sinceros: muchos de nuestros procesos pasan inadvertidos para otras áreas de la empresa... ¡incluso para los propios dueños! En no pocas compañías, RR.HH. es un área de gastos si se lo compara con producción o ventas; o en otros casos somos un departamento donde se realiza únicamente la administración del personal. El objetivo está cumplido llegando en tiempo y forma con la liquidación de sueldos o sabiendo cuantas personas se ausentaron en el día.
Pero, ¿no será responsabilidad nuestra aprender a vender nuestro trabajo?
¿Será realmente que las acciones de RR.HH. realizadas atraviesan a toda la organización y por ende colaboran en la consecución de objetivos estratégicos de la misma?
Es importante analizar lo que hacemos, detectar qué procesos podemos medir, generar indicadores para hacer un seguimiento y evaluación y -por ende- poder controlar y trabajar sobre los mismos como oportunidad de mejora. Incluso poder ligar estos indicadores a objetivos tangibles de nuestra gestión.
Estos indicadores nos permitirían conocer, por ejemplo, cuánto tiempo nos llevó un proceso de selección; cuál fue el costo total y las implicancias de un proceso mal realizado; conocer el retorno de la inversión al llevar a cabo un proceso de capacitación o poder construir indicadores para mejorar el clima de la organización donde se está trabajando. Eso y muchas otras cosas más.
Sin duda cada proceso que enfoquemos implica una serie de actividades de las cuales podemos darle un orden de importancia, comenzar a observarla, llevar registro de las mismas, iniciar con unos pocos indicadores, para luego poder volcar esa información en un tablero de control integral de nuestra gestión como área de trabajo.
RR.HH. es en la actualidad un área estratégica para la toma de decisiones en nuestra organización.