En países de Europa o en Estados Unidos, este tipo de seguro no es una novedad (de hecho dinamizan el mercado de la renta al facilitar el cierre de operaciones inmobiliarias). Sin embargo, en nuestro país comenzó a ofrecerse hace algunos años y avanza tímidamente. Además, de que falta más difusión entre las inmobiliarias que son el nexo entre locador y locatario.
Se trata de una solución inteligente y accesible para todas las partes involucradas en la transacción. Hugo López, gerente general del Instituto Asegurador Mercantil (compañía que ofrece la póliza) explica que es un producto especialmente diseñado para brindar protección, tranquilidad y respaldo tanto al inquilino como al propietario.
El seguro le garantiza al dueño que estarán cubiertos sus ingresos en concepto de renta y otros puntos que se incluyan en el contrato (las expensas, los impuestos, los daños a la propiedad, los gastos jurídicos y la responsabilidad civil). La aseguradora responde en un plazo máximo de 15 días en caso de existir morosidad, y el locatario puede contratar este seguro solamente demostrando sus ingresos.
El monto de la póliza incluye el valor total del contrato de alquiler más los meses de depósito. El importe a pagar por parte del inquilino es un porcentaje sobre ese valor (que oscila entre el 1.5 y el 1.7%) y resulta menor al precio de dos meses de alquiler.
Así con un costo inferior a dos meses de depósito, que se abona por única vez (el Instituto Asegurador Mercantil acepta tarjeta de crédito hasta en 6 pagos), las dos partes resuelven su problema: el propietario obtiene el respaldo que exige (ingresos comprobados y la certeza del pago en tiempo y forma, sin tener que ejecutar una garantía propietaria que lleva años) y el inquilino no sale a buscar garantes.
López aclara que el seguro aplica tanto para alquileres de viviendas familiares, oficinas profesionales o comercios. “Es una forma inteligente de alquilar y se puede complementar con otros seguros”, comenta.
“Este sistema tiene como ventaja que preserva la relación inquilino- propietario porque, después de todo, el inquilino sigue en la casa y la relación tiene que continuar lo mejor posible”, sostiene el gerente.
¿Qué pasa en Córdoba?
No mucho. La realidad es que en la provincia hay un déficit de más de 53.000 viviendas. Según el Censo 2010 (últimos datos oficiales disponibles), en la provincia se cuentan 221.000 inquilinos, de los cuales 111.000 pertenecen a la ciudad de Córdoba (26,8% de los habitantes de la capital). Nueva Córdoba, el Centro y General Paz son los barrios donde se concentra el 32% de los inquilinos de la ciudad (360.000 vecinos). Los departamentos de un dormitorio representan casi el 60% de la oferta, desplazando a los departamentos de dos dormitorios y convirtiendo a los de tres en una rareza.
En nuestra ciudad el respaldo que se solicita, generalmente, es al menos una garantía propietaria y un recibo de sueldo (además de los ingresos demostrables del locatario). Con respecto a la garantía de alquiler, Exequiel Vergara, presidente de la Asociación Acción y Defensa del Consumidor e Inquilino (organismo que contabiliza más de 2.000 consultas de inquilinos y recibe varias denuncias por día) comenta que es un seguro que solamente ha visto que se aplica en Capital Federal. “No tenemos ningún caso de alguien que haya contratado ese tipo de garantía en Córdoba, por lo menos de los que se han acercado a nuestra institución”, manifiesta.
En su opinión, no es un instrumento que habitualmente ofrecen las inmobiliarias o los propietarios. “Creo que es una herramienta útil, dado que permite acceder a una vivienda de una manera más fácil”, reflexiona.