Mientras el Gobierno busca explicar al Fondo Monetario Internacional (FMI) los cambios fiscales a la ley ómnibus y los reveses judiciales que acumula el DNU -antes de que el directorio analice el acuerdo el miércoles que habilitaría un desembolso por u$s 4700 millones-, el organismo actualizó sus proyecciones para la economía global, con una fuerte corrección para el PBI de Argentina.
En la edición de enero del World Economic Outlook, que a nivel global plantea que "la moderación de la inflación y el crecimiento firme preparan el terreno para un aterrizaje suave" en el caso de la Argentina, revirtió la última estimación de crecimiento y planteó una caída de 2,8% del PBI para este año.
Se trata de un duro recálculo de 5,6 puntos contra la estimación anterior, que preveía la recuperación tras la sequía y un crecimiento de 2,75% en 2024 de acuerdo con la actualización de octubre pasado. No contemplaba el paquete de ajuste y devaluación del Gobierno de Javier Milei. Para 2025, el rebote del PBI argentino sería del 5%.
Los números finos sobre la Argentina se conocerán a partir del miércoles, una vez que se difunda la letra chica de lo que acordó el equipo económico a cargo de Luis Caputo con la misión que visitó Buenos Aires, encabezada por Luis Cubeddu, el vicedirector para el Hemisferio Occidental del FMI.
El jefe de Gabinete Nicolás Posse viajó a Washington el lunes por la noche y tendrá un encuentro con la número 2 del FMI, Gita Gopinath, para explicar los cambios antes de que el directorio analice el caso de Argentina este miércoles.
Para conseguir la aprobación de la ley ómnibus, el Gobierno sacó los cambios fiscales que generaban mayor discusión con los gobernadores, como las retenciones, pero también el blanqueo de capitales, la moratoria y la reversión de Ganancias, lo que deja un bache de 1,5% al 1,8 del PBI. Pese a que Milei y Caputo enfatizaron que el déficit cero no se negocia, lo que analizaron con los técnicos del FMI quedó muy viejo.
A nivel global, las proyecciones sitúan el crecimiento mundial en 3,1% en 2024 y en 3,2% en 2025, lo que supone que las previsiones para 2024 son 0,2 puntos porcentuales superiores a las anteriores. Esto se debe a una "resiliencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo importantes, así como al estímulo fiscal en China", indicó el Fondo.
De todos modos, las previsiones para 2024-25 son inferiores al promedio histórico de 3,8% (2000-19), agregó el análisis, que puso el foco en las elevadas tasas de interés de política monetaria para combatir la inflación, el repliegue del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica y el bajo crecimiento de la productividad subyacente.
Inflación argentina, a contramano
Por otra parte, mientras que Argentina avanza a tasas del 20% mensual, la inflación mundial "está disminuyendo más rápidamente de lo previsto en la mayoría de las regiones, mientras se disipan los problemas en el lado de la oferta y se aplica una política monetaria restrictiva". Se prevé que el nivel general de inflación a escala mundial descienda a 5,8% en 2024 y a 4,4% en 2025, lo que supone una revisión a la baja del pronóstico para 2025.
De esta forma, "ante la desinflación y el crecimiento firme, la probabilidad de que se produzca un aterrizaje brusco ha remitido, y los riesgos para el crecimiento mundial están en general equilibrados", enfatizó el análisis del FMI. "Una desinflación más rápida podría dar lugar a una mayor distensión de las condiciones financieras", agregó el informe.
En América Latina y el Caribe, se proyecta que el crecimiento desacelere de 2,5% estimado en 2023 a 1,9% en 2024, y que aumente hasta 2,5% en 2025, lo que corresponde a una revisión a la baja para 2024 de 0,4 puntos porcentuales respecto de la proyección de octubre pasado.
El ajuste argentino pega en la región
"La revisión del pronóstico para 2024 se debe al crecimiento negativo de Argentina en el contexto de un ajuste significativo de la política económica para restablecer la estabilidad macroeconómica", remarcó el World Economic Outlook sobre cómo el país arrastra el promedio regional.
En tanto, en otras economías importantes de la región, se registran mejoras de 0,2 puntos porcentuales para Brasil y 0,6 puntos porcentuales para México, "principalmente a causa de los efectos de arrastre de una demanda interna más fuerte de lo esperado y un crecimiento mayor de lo previsto en los principales socios comerciales".