En nuestro país, contamos con un sistema de aportes a la seguridad social y al sistema de obras sociales llamado S.I.P.A. (Sistema Integrado Previsional Argentino). Es la principal o una de las fuentes de financiamiento del Estado Nacional. Este sistema cuenta con dos subsistemas que se llaman aportes y contribuciones. Estos son obligatorios para todos los dependientes en relación de dependencia, empleadores y los no dependientes (autónomos y monotributistas).
En Argentina, al salario bruto hoy se le descuenta el 16% de jubilación, 2% de PAMI (ley 19.032), un 6% más correspondiente a obra social y un porcentaje más de ART que varía de acuerdo a cada aseguradora. A esas sumas se agrega el importe de las retenciones para el pago de la cuota del sindicato (en el caso que correspondiere), importes de las retenciones del impuesto a las ganancias (para aquellas remuneraciones alcanzadas) y, en algunos casos, otros descuentos legales que correspondan. Todo eso sumado representa un 30% (o más) del bruto.
En España, un grupo de empresarios empezó una movida para que sea el propio Estado el que le cobre a los trabajadores esas deducciones. Y el empresario pague salarios brutos, claro. “Hay que ver si el Estado se anima a sacarle todo ese dinero a los trabajadores”, dicen.
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Un poco más acá, el mediático economista Claudio Zuchovicki se apropió del reclamo y asegura que sería de total sentido común. En diálogo con InfoNegocios asegura: “Al sistema político, a los sindicatos no les va a gustar nada, a las obras sociales tampoco, a los que te retienen, a la Afip tampoco. Pero todo lo que sea transparencia y libertad, me parece que suma”. Y agrega: “Muchas veces se enojan con los empresarios, como si ellos fueran los malos y en realidad no son los malos, los malos es todo lo que te retienen en el medio”, sintetiza.
En la práctica, entonces, así se vería un recibo de sueldo: