La certificación, otorgada por B Lab, implica un hito en su camino de mejora continua y garantiza que la empresa rinde cuentas a todos sus grupos de interés y no solo a los accionistas.
¿Sabías que a nivel global hay 9.625 Empresas B en 102 países?
En Argentina, hay 244 Empresas B Certificadas, que definen un propósito y se comprometen legalmente a beneficiar no solo a los accionistas, sino a todas las partes interesadas.
En Córdoba hay 15 Empresas B: Circularis, Optimizar Forestal, La Primera, Wippie, Kazaró, Carbon Neutral+, Inpar Autoadhesivos, Xipa, Paclín, Neotrade, Aero Sustentable, Porta Hermanos, IRCA, Tingua y Volterra. Córdoba ocupa el puesto 4 de empresas B Certificadas después de CABA, Provincia de Buenos Aires y Mendoza.
En Mendoza hay 18 compañías que lograron esta certificación: Lagarde, Grupo Broda, Vivero San Nicolás, Servicios Urbanos Mendoza, Bodega Araujo, Vivero Productora, Chaquepe, San Nicolás Plantas de Vid, Quinto Impacto, Penedo Borges, Centauro Restaurante, Aconcagua Vision, Eco Cuyum, Reciclarg, Dolium Bodega Subterránea, Trivento, Lagarde y Bodegas Caro.
En Salta hay una Empresa B: Ergy.
En Tucumán hay dos: Market One y Maderplak.
En San Juan hay tres: Conexxion, Broker Andino y DAMS.
En Neuquén hay cuatro empresas B: Hostería Las Balsas, Quatro Vientos, Celulosa Pro y Faro Mayorista.
En Chubut hay dos: Ovis 21 y Altamira Instituto Médico.
Territorios a conquistar para el sistema B son Santa Cruz, Tierra del Fuego, Corrientes y Chaco.
Cómo convertirse en Empresa B
En el sistema “B” se trata de medir el impacto social y ambiental, con un claro compromiso institucional y legal, considerando el impacto de sus acciones en las personas y el ambiente. Para lograr la Certificación de Empresa B, una empresa debe alcanzar una puntuación de al menos 80 puntos en la Evaluación de Impacto B, donde se evalúa el impacto positivo de una empresa. También pasa una revisión de riesgos, donde se mide el impacto negativo de la misma.
Las empresas interesadas en alcanzar la certificación deben cambiar su estructura de gobierno corporativo para rendir cuentas a todos sus grupos de interés, no solo a los accionistas. También deben brindar transparencia permitiendo que la información sobre el desempeño de su Certificación de Empresa B esté disponible públicamente en el sitio web de B Lab Global.
El principal desafío es cultural, de lo que se trata es de generar un cambio de mentalidad en la comunidad empresaria. “Hacer negocios no solamente es posible, sino que habilita una toma de decisiones más estratégica y aporta competitividad a la empresa. Una vez que las empresas interiorizan esta forma de pensar y hacer, sus líderes no conciben otra forma de hacer negocios y por eso se mantienen en este camino, a pesar de los cambios en el contexto. Una muestra de esto es la alta tasa de recertificación de Empresas B, que el año pasado en Argentina fue del 93%”, destaca Marina Arias, directora ejecutiva del Sistema B Argentina.
Sin embargo, en el caso de las empresas que trabajan sin medir y gestionar su impacto socioambiental, estamos en un contexto de crisis económica y baja del consumo, que en muchos casos las lleva a enfocarse en el día a día en lugar de poder dedicar tiempo y recursos a transitar este camino de transformación, que requiere una mirada a largo plazo.
No obstante hay un crecimiento en el interés de las empresas en Argentina y en todo el mundo en la economía de triple impacto. “En 2024, creció un 48% la cantidad de empresas que certificaron en el país respecto a 2023 y más de 600 empresas argentinas empezaron a medir su impacto con la Evaluación de Impacto B”, finaliza Marina.
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