Jue 07/10/2010
“Jaime Campos es la prueba viviente del fracaso de AEA”.
Eso, textualmente, me dijo un histórico referente del empresariado cordobés en los pasillos del gran evento que realizó la Fundación E+E y donde estaba invitado como orador el presidente de la Asociación Empresaria Argentina. Es que más allá de sus definiciones “lavadas” y obvias, Campos vino a remplazar a Luis Pagani frente a AEA porque los dueños de las principales empresas de Argentina “arrugaron” frente a las embestidas del gobierno. Esta asociación nació -nos explicaba nuestra fuente- como una organización que nucleaba sólo a dueños, a “los que mandan” dentro de las principales compañías nacionales (Arcor, Techint, Clarín, Roggio, AGD y varias más). Pero tras un par de años de hacer raros equilibrios y esquivar definiciones, la polarización del kirchnerismo asustó a los miembros de AEA y -quizás- ninguno quiso agarrar la “papa caliente” de la presidencia y sentaron en ese sillón a un gerente -muy prolijo y bien intencionado- pero que no deja de ser un vocero.
- Eso, textualmente, me dijo un histórico referente del empresariado cordobés en los pasillos del gran evento que realizó la Fundación E+E y donde estaba invitado como orador el presidente de la Asociación Empresaria Argentina. Es que más allá de sus definiciones “lavadas” y obvias, Campos vino a remplazar a Luis Pagani frente a AEA porque los dueños de las principales empresas de Argentina “arrugaron” frente a las embestidas del gobierno. Esta asociación nació -nos explicaba nuestra fuente- como una organización que nucleaba sólo a dueños, a “los que mandan” dentro de las principales compañías nacionales (Arcor, Techint, Clarín, Roggio, AGD y varias más). Pero tras un par de años de hacer raros equilibrios y esquivar definiciones, la polarización del kirchnerismo asustó a los miembros de AEA y -quizás- ninguno quiso agarrar la “papa caliente” de la presidencia y sentaron en ese sillón a un gerente -muy prolijo y bien intencionado- pero que no deja de ser un vocero.