Este martes 28 de mayo se llevó a cabo en Obispo Trejo la “Jornada de Ciencia y Tecnología en Floricultura: Un Nuevo Modelo de Economía Regional para Córdoba”, de la que participó el secretario del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Gabriel Raya Toneatti; el decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, Jorge Dutto; intendentes, expertos y profesionales del sector, entre otros.
Dutto destacó el trabajo de investigación que se lleva a cabo desde la Universidad con el objetivo de “aportar soluciones al territorio, a la gente, a la sociedad”, y puntualizó en que fueron más de 20 años de trabajo en la facultad para poder en 2018 desarrollar el programa Córdoba Florece, siendo el primer punto el ubicado en Obispo Trejo.
El decano valoró el trabajo colaborativo de la Universidad junto a otras instituciones como fundaciones, el Gobierno de Córdoba a través del Ministerio de Bioagroindustria y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Inta: “Creo que es el ADN que tenemos los cordobeses del trabajo colaborativo, asi que en eso, la Facultad y la Universidad van a estar siempre, aportando y acompañando”, afirmó fundamentando que la función de la Universidad es la docencia, la investigación y la extensión “que es la transferencia al medio, la transferencia al sector productivo”, precisó.
Dutto indicó que la floricultura es una actividad intensiva que no requiere de mucha superficie y que además permite que se le puedan generar las condiciones suficientes para producir. Además anticipó que se está avanzando en la producción de flores nativas de corte y la producción de flores comestibles para gastronomía.
Entre los beneficios de la actividad destacó no sólo la producción en sí y su rédito económico, sino también su impacto social porque permite a muchas personas tener la posibilidad de un trabajo o de emprender una actividad que le genere ingresos; y ambiental, ya que es una acción totalmente sustentable con bioinsumos “nada sintetizado” que próximamente podrán certificar.
A partir de la producción de flores se van generando otras actividades como circuitos turísticos, secado de flores, armado de ramos, casas de té, viveros, entre otras: “Se trata de darle a la gente herramientas a través de la formación y la capacitación para que se defiendan y tengan oportunidades en la vida. Eso es lo que buscamos, lo que siempre decimos de la formación para la vida donde uno permanentemente está aprendiendo”, expresó.
Flores de corte nativas
Sobre el proyecto en el que se trabaja para la producción de flores nativas de corte, Dutto enfatizó en que “es un nicho de mercado que se va abriendo en el mundo y también en Argentina a través del Instituto de Flores del Inta, donde en algunas provincias han desarrollado y domesticado flores nativas, porque el problema a veces es que cuando uno quiere hacer la flor nativa se encuentra con ciertas características que lo dificultan”, advirtió.
Actualmente el trabajo se encuentra en etapa de adaptación de distintas especies para lograr una producción con volumen y calidad: “Buscamos que las flores nativas cumplan con todos los requisitos que uno le exige a una flor para corte: que dure lo más que pueda, que sea bonita y ese tipo de cosas”, detalló.
Un mercado en plena expansión
El 80 % de las flores que se consumen en Argentina, se importa. Hay muchísimo mercado, pero no hay volumen de producción que pueda abastecer el mercado local: “Tenemos un gran mercado interno que poder satisfacer y hay que empezar a sustituir importaciones que tienen que ver con el cambio climático porque hoy traer rosas de Colombia implican un gasto energético en transporte y más emisión de huella de carbono. Si nosotros pudiésemos producir esas flores acá, las distancias de transporte serían menores y también estaríamos aportando al ambiente”, describió el decano.
Dutto señaló cómo una vez que comienza la producción también comienza a generarse la necesidad de consumo, y comentó cómo todas las flores producidas por los puntos en Obispo Trejo, Despeñaderos, Estación Juárez Celman e Isla Verde son vendidas casi de manera inmediata en la región.
“La flor es una producción agropecuaria que no se come pero que alimenta otras cosas”, sugiere el especialista, haciendo alusión a la parte emocional que conllevan las flores.
Hacer florecer a Córdoba
El decano contó que se firmó un convenio con el Ministerio de Bioagroindustria de la Provincia el año pasado para extender el programa Córdoba Florece a todo el territorio provincial. El objetivo inicial fue llegar a diez puntos de producción. Actualmente cuentan con cuatro en marcha y cuatro más en carpeta.
Lo importante a destacar es que cada punto productivo luego va aplicando su cuota diferencial para no hacer todos lo mismo y evitar saturar al mercado. En ese sentido se comenzó a pensar en flores comestibles que cada vez más se van incorporando al circuito gastronómico y no existe oferta. También se pueden producir flores para aceites esenciales y aromáticos, y ese es un nicho más del mercado.
Así las posibilidades que se presentan son infinitas. Los plantines, por ejemplo, vienen del exterior, entonces “¿Por qué no empezar a pensar en armar un proyecto que genere los plantines para el resto del sistema?”, disparó Dutto reforzando la idea de que las posibilidades son múltiples en el negocio de las flores.
Exportar flores nativas de corte será el gran desafío a atender debido a la gran demanda y el muy buen valor que harán el diferencial en la rentabilidad del negocio, pero por ahora queda mucho por producir para lograr abastecer el mercado interno y luego poder salir al mundo.