Molintex es una de las tantas fábricas que se vio obligada a reinventarse. Con Martín Schuf como socio fundador y Mabel Müller como directora de operaciones, la fábrica especializada en la fabricación de uniformes para escuelas y empresas, vio su negocio amenazado ante una pandemia que atacó directamente al core de la empresa, con las clases suspendidas y las empresas adoptando el home office, por lo que la demanda de ambas prendas se tradujo en facturación cero.
Ante esto -aprovechando la maquinaria y el know-how- decidieron reconvertir su línea de producción y especializarse en el accesorio del momento: el barbijo. Pasaron ya 6 meses de comenzada la cuarentena y Martín Schuf, socio fundador, cuenta cómo fue la transición de reconvertirse y el destino de Molintex de cara al futuro:
-¿Qué pasó en estos 6 meses?
-Bueno, luego de reconvertirnos en abril y en pocos días, y con la ventaja de ser una empresa chica, pusimos foco en ajustar el diseño de los productos y el proceso productivo para poder escalar en volumen. Las empresas chicas son rápidas para reaccionar, pero su desafío es lograr la sostenibilidad del negocio en el tiempo.
También mejoramos el proceso de pre-venta pasando a un modelo de co-creación y eso generó un plus en la entrega del producto, logrando 2 resultados claves: satisfacción y recomendación. Este último ayudó a que el negocio se vuelva exponencial. Sumado a las mejoras del producto, la ayuda de la prensa y el cumplir con los plazos acordados, generamos un círculo de negocio virtuoso pudiendo lograr más de 100 clientes nuevos y con presencia en 7 provincias.
-¿Todo así de fácil? -le preguntamos a Mabel
-Para nada fue fácil. Cuando empezó el volumen, comenzamos con los problemas de cualquier industria o productor durante la cuarentena: la falta de insumos claves. Y si sumamos la alta dependencia de CABA y los problemas de oferta de los fabricantes, se formó un cóctel complicado. Así que pusimos mucha cabeza, horas y ahorros para poder cumplir con los clientes y mantener la reputación y el posicionamiento logrado. Algunos pedidos grandes de Buenos Aires tuvimos que decir que -por ahora- no y le explicamos la situación ya que no le sirve a nadie un compromiso no cumplido. Pasamos a la acción ampliando la lista de proveedores, hicimos una apuesta fuerte de stock, revisamos el proceso productivo para optimizar hasta el último hilo y hasta ahora vamos bien.
-¿Y qué proyectos tienen a futuro?
-Tenemos 3 proyectos para el 2021 que van con nuestro propósito MTP:
El primero, es diversificar y actualizar el portfolio B2B. Acabamos de lanzar la línea de barbijos “Summer” con diseño nuevo, liviano y reversible. Además, nos están pidiendo algunos productos nuevos y tenemos que preparar la plataforma para esa demanda en función de los equipos, insumos y recursos que están disponibles. Queremos asumir compromisos y poder cumplirlos.
El segundo, suena difícil, pero tenemos un proyecto de exportar una rama de servicios a países limítrofes. Hicimos un pequeño piloto (POC) para validar la idea y nos fue muy bien. Pero hay que pensarlo, diseñarlo y armarlo bien y a escala global, con recursos y procesos de clase mundial (world-class).
El último es desarrollar el canal minorista, pero aplicándole una capa de Inteligencia Artificial, y así poder volverlo exponencial y personalizado. Estoy convencido que la tecnología puede ayudarnos a simplificar nuestra nueva normalidad y que la compañía se pueda anticipar a las necesidades y entregables, lo que nos dará una ventaja competitiva importante.