Suele decirse que "la tercera es la vencida". Los helados neoyorquinos Häagen Dazs vuelven, por tercera vez, a la Argentina, apostando a la alta recordación de la marca y al gusto de los argentinos por los helados.
Si bien el contexto no es el ideal, ya que el consumo de helados cae, por efecto de la pérdida del poder adquisitivo, la empresa que importará la marca tiene buenas expectativas. "Vamos a traer Häagen Dazs en febrero y estarán en marzo en supermercados. Hicimos un acuerdo con General Mills para importar sus marcas en forma exclusiva", comentó Rafael Squassini, director de Conyntra, firma que importa más de 25 marcas gourmet y cuyos socios controlan también Gourmand Food Hall, en Patio Bullrich.
General Mills está en retirada en el país. Hace tres años, vendió su negocio de panificados a Bimbo y, dos semanas atrás, se desprendió de La Salteña, que pasó a manos de Molinos Río de la Plata. Con Conyntra, además de Häagen Dazs, acordó la importación de las barritas de cereales Nature Valley, que hasta 2010 se vendieron en la Argentina.
En diciembre, Conyntra empezó también a importar café en cápsulas de la italiana Lavazza compatibles con Nespresso, a un valor de venta 10% menor que las originales. Así, sale a competir con Nespresso, pero también con Cabrales, la marca local más accesible, en un negocio que creció a alta tasa en los últimos años.
Häagen Dazs aterrizó en el país por primera vez en 1996, de la mano de Gilberto Montagna, ex dueño de Terrabusi; su plan incluyó, además de venta en supermercados y en Blockbuster, también heladerías propias; pero, con la crisis de 2001, se dejaron de vender. En 2005, la relanzó General Mills, su dueña, que incluso evaluó elaborar los helados en el país para la región, pero el plan no prosperó y en 2009 dejaron de importarse y comercializarse.
"Vamos a vender los potes de 473 ml. y las paletas, a un precio de $ 420 y $ 150 en supermercados inicialmente, importados desde Francia, donde se elaboran. Hay una alta recordación de las dos marcas, tanto de Häagen Dazs como de Nature Valley, son de alta calidad. Nature Valley es la marca Nº1 del mundo; su precio ronda los $ 40 por barrita, es más masiva", explicó Squassini.
La empresa admite que, con la devaluación, cayeron en las ventas de productos gourmet importados. "Pero también hubo alta inflación y tratamos de no tocar los precios a nivel dólar, por eso fuimos recuperando ventas. Algunas categorías lo sufren más que otras", explicó.
A fines de 2018, Conyntra lanzó Nissin, marca japonesa de pastas listas para consumir en potes, al calentar, que se venden a $ 70, con un alto mercado potencial. Está en supermercados, delicatessen y por llegar a la cadena de kioscos Open25. "Le tenemos mucha fe a la categoría; crece mucho acá y en el mundo, aunque en la Argentina es aún un negocio chico. Buscamos otros canales alternativos para venderla", adelantó.
Conyntra, que nació hace 11 años al importar Filippo Berio (aceite), De Cecco (pastas) y El Almendro (turrones), ya tiene 25 marcas gourmet en forma exclusiva, que incluyen también cervezas, salsas, chocolates, galletitas y mermeladas, entre otros.
Para la firma, la crisis es oportunidad. "Tras la devaluación, muchas marcas dejaron de importarse y nuevas firmas, sin experiencia, ya no funcionan. Es una oportunidad para avanzar con más marcas. A mediano y largo plazo vemos crecimiento sostenido, si bien la devaluación redujo volumen", explicó Squassini.
Helados, un negocio
El consumo en general está en retroceso, en virtud de la pérdida de poder adquisitivo, ante la fuerte inflación y las paritarias a la baja. Y el negocio de helados no es la excepción, más en un verano en el que el calor se hizo desear hasta hace unos días, factor que incide en la demanda.
En diciembre y enero, alta temporada por excelencia, el consumo se redujo entre un 5% y 10% interanual, según datos de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (Afadhya).
En septiembre, Freddo anunció que cerraba su fábrica y comenzaba a elaborar con terceros y, además, que todos sus locales iban a ser franquicias. La decisión de la marca del fondo Pegasus no fue casual. En la industria se mencionan que los altos costos fijos y el fuerte aumento de las materias primas, muy atadas al precio del dólar, redujeron en gran medida la rentabilidad del negocio, en momentos donde además la demanda está en retroceso y la oferta abunda.