En poco tiempo y frente a una persona desconocida, la entrevista laboral es el momento decisivo para que los aspirantes demuestren aptitudes, experiencias, y conocimientos acordes a lo requerido. Es la oportunidad para dejar en claro que somos los indicados para ocupar el puesto. Para el empleador, a su vez, es el momento de poder conocer a un candidato y saber si reúne las condiciones requeridas para el puesto.
Para que esta oportunidad sea bien aprovechada, Ernesto Tocker, director del Servicio de Empleo de AMIA, brinda ocho consejos fundamentales para tener en cuenta a la hora de preparar y encarar una entrevista de trabajo.
1- Es fundamental informarse previamente acerca del empleador, su historia, y el sector de la industria en la que opera. Los datos que podamos comentar en el encuentro sobre este punto demostrarán interés y entusiasmo por ser parte de la empresa.
2- Hay que llegar puntual al encuentro, lo cual implica no llegar muy temprano ni después del horario pactado. Salir con antelación y, de haber complicaciones que generen una demora, avisar al entrevistador.
3- La vestimenta debe ser apropiada para el puesto al que se postula. No hay un “código de vestimenta adecuada”. Por ejemplo para un puesto de cajero en un banco es conveniente presentarse prolijo y con la mayor formalidad posible, pero sería inapropiado para una vacante de profesor de gimnasia, y al revés si nos ponemos un jogging.
4- Durante la entrevista, debe hacerse un buen uso del lenguaje. Los términos que se usen deben ser siempre formales. No es conveniente utilizar términos coloquiales, lunfardo o expresiones cotidianas, ya que pueden perjudicar la imagen del candidato. Escuchar atentamente las preguntas y responder lo que el entrevistador quiere saber de nosotros.
5- Las mentiras tienen patas cortas. Mentir no es una opción válida: los selectores detectan fácilmente cuándo un candidato está mintiendo. La falta de veracidad es un motivo para rechazar a un candidato.
6- Existe una comunicación no verbal a la que se le debe prestar atención. El cuerpo “expresa” mucho más que las palabras. Es aconsejable mantener una postura erguida, dialogar con un tono de voz firme y claro, mantener el contacto visual con el entrevistador y mostrarse interesado en la entrevista. Validar que las respuestas fueron comprendidas por la otra parte.
7- No es bueno criticar a empleadores o compañeros anteriores. Se pueden mencionar experiencias poco positivas pero cuidando de no sumarle opiniones o apreciaciones personales subjetivas. Concentrarse en los logros y aprendizajes obtenidos, la forma en que nos relacionamos con nuestros compañeros y jefes y qué planes tenemos hacia el futuro.
8- Es válido realizar preguntas. El candidato puede pedir información sobre la empresa, el puesto, las condiciones y/o tipo de contratación. Conocer estos datos puede ayudarnos a decidir si continuar o no el proceso. Es positivo que un entrevistado se muestre interesado en conocer más datos respecto de la posición a la que aplica, la estructura del área y las posibilidades de recibir capacitación o entrenamiento, aunque a veces el proceso implica varias instancias y puede ser que esa información se reserve para la última.
Tema tabú: la pretensión salarial
Uno de los puntos más críticos de la entrevista laboral suele darse cuando la conversación gira en torno a la expectativa salarial. Para responder esta pregunta, es necesario que el candidato tenga en cuenta una serie de criterios.
En primer lugar, antes de ir a la cita es aconsejable hacer una investigación para conocer cuál es el sueldo promedio para esa posición en particular. Saber cuánto se está pagando para el mismo puesto servirá de herramienta para negociar y para realizar una propuesta acorde. Es importante tener un criterio realista con respecto a las expectativas salariales.
Si la propuesta no se acerca al sueldo deseado, se pueden tener en cuenta los beneficios y gratificaciones que la compañía pueda ofrecer, el plan de carrera o los antecedentes que aporten a empleos futuros. El paquete salarial es una combinación entre el sueldo, extras, incentivos adicionales y beneficios tales como días por estudio, comedor, obra social y vacaciones extendidas entre otras. En la mayoría de los casos estos componentes pueden consensuarse.