La empresa Bioeléctrica ya tiene experiencia en el desarrollo de la biomasa a base de maíz.
Es la firma que abastece un tercio de la energía que consume BIO4, la planta de bioetanol que está en las afueras de Río Cuarto. De hecho, buena parte de los socios de Bioeléctrica lo son también de la fábrica del combustible "verde" que se mezcla con las naftas.
Pero su proyecto no se detiene allí y es mucho más ambicioso: quiere instalar 60 biodigestores en los próximos 8 años - diez de ellos antes de 2018- a lo largo y ancho de la provincia.
"Esto comenzó hace 5 años y ya llevamos entregados 5.000 megavatios a BIO4 y ahora queremos instalar biodigestores en localidades chicas para generar energía limpia en origen", explica a InfoNegocios Germán Di Bella, titular de Bioeléctrica.
El proyecto -detalla- se sostiene sobre tres pilares: el asociativismo entre productores; el agregado de valor del maíz, promoviendo su cultivo; y la creación de mano de obra para evitar la expulsión rural (ver cuadro "Círculo virtuoso").
Cada biodigestor demanda una inversión de entre US$ 4 y US$ 4,5 millones, por lo que la primera etapa del proyecto demandará una inversión de US$ 40 M ($600M), que se reunirían entre los 46 socios del proyecto y con créditos que financien proyectos de bioenergías.
La clave para que se active definitivamente estará en la reglamentación de las licitaciones para energías renovables que lanzó el Presidente Mauricio Macri semanas atrás.
Allí se conocerá el precio del mega. Hoy transformar el maíz en electrones vía biomasa cuesta US$ 250, de los cuales US$ 120 son de generación "pura" (un costo similar al de la fotovoltaica o la eólica).
Di Bella destaca que al tratarse de plantas chicas (1MW) no generan inconvenientes a las distribuidoras y son un recurso de generación de renovables ideal para localidades del interior donde el maíz tenga condiciones de producción. Esto es prácticamente en toda la provincia pero en especial en el sur cordobés (Ver acá) (GL).
Círculo virtuoso: los números de cada biodigestor
- Alrededor de US$ 4 millones de inversión (demoran unos 18 meses en estar funcionando).
- Genera 25 puestos de trabajo directos e indirectos (a los que hay que sumarle los de generación de bienes intermedios: bombas, cromatógrafos, compresores, tanques, etc.).
- Cada mega de producción requiere de unas 600 hectáreas sembradas.
- Cada hectárea cosechada de maíz genera $ 2.400 en impuestos, gran parte para la Nación. Si se le agrega valor, deja unos $ 18.000 en impuestos mucho más "federalizados". "A 500 kilómetros del puerto no hay que exportar granos sino productos. Esa es la esencia de este proyecto", explica Di Bella.
- Generación de 1 MW de electricidad.
- Permite transparentar los costos durante toda la cadena de producción de maíz.
- Utilización de los residuos en biofertilizantes ricos en nitrógeno y fósforo. (Está comprobado que la biomasa secuestra más CO2 que los que emite).