martes 22 de junio | 2010
Lagunas de Yala (Jujuy)
(Especial El Galeón) Cuando hablamos de Jujuy imaginamos una geografía de Altiplano, donde los cardones pueblan los cerros. Si bien esa provincia es conocida por su árida belleza, también puede sorprendernos con paisajes como los de Yala, al norte de San Salvador.
A 27 kilómetros de la capital provincial, San Salvador de Jujuy, por la misma ruta nacional 9 que conduce al norte, se encuentran las Lagunas de Yala al pie del cerro Chañi. Al dirigirnos hacia ellas, observamos casas de fin de semana, hoteles y hostales que nos seducen para quedarnos.
Yala ofrece un atractivo que radica en el contraste de la transparencia de sus lagunas y el selvático contexto que las rodea. Ubicadas a 2.300 metros sobre el nivel del mar, forman parte del Parque Provincial del Potrero de Yala y componen la Reserva de la Biósfera. Así, fueron reconocidas por la Unesco como zona de conservación de ecosistemas terrestres y del estado natural de la reserva.
Para llegar a ellas, el punto de partida es el Puente Negro. En tanto, el río Yala nos acompaña durante el camino, mostrando gran autoridad al atraer las miradas de las lentes fotográficas. Lo vemos tranquilo. Sólo murmura cuando moja y salpica a los helechos y las piedras. Otras veces, ruge furioso y oscuro anunciando crecientes.
Pasado el primer tramo, el río Yala decide seguir otro rumbo. El camino de ripio continúa interminable. Se hace más sigiloso y asciende marcando quebradas. Parece reptar incansablemente, como buscando alguna presa. Las curvas y las cuestas suman ocho kilómetros que pueden transitarse en vehículos, especialmente a tracción, a caballo o mediante bicicleta de montaña.
Cuando el panorama empieza a repetirse, tímidamente unos viejos carteles anticipan la primera belleza. Despacio, nos vamos acercando a las tan esperadas lagunas. Sabiendo de los caprichos de la naturaleza, cuesta imaginar cómo puede caber este espejo de agua en medio de semejante subida. Pero la Madre Tierra, que es sabia, sorprende.
Desde las alturas de uno de los miradores se asoma un gran charco. Entonces, aparece ante nuestros ojos la laguna. Con sus aguas quietas, parece sumida en un estado reflexivo, detenida en el tiempo y en el espacio, concentrada en reflejar el cielo de la manera más exacta.
Las protagonistas
Son seis las lagunas que componen este circuito y se las conoce como Los Noques, Alizar, El Comedero, Desaguadero, Rodeo y Larga. De ellas, tres resultan las más grandes y famosas. En Desaguadero y Rodeo se practica la pesca de truchas y pejerreyes, mientras que El Comedero se trata de un refugio natural de aves con casi 200 especies, como flamencos, cóndores andinos y vencejo pardo, entre otros. También puede haber mamíferos como puma, zorro colorado y hurón mayor, que actualmente suelen verse poco, ya que se trata de especies en peligro de extinción.
Las Lagunas de Yala constituyen un importante recurso para la reproducción de la fauna autóctona y son el lugar de paso para las migraciones. Rodeadas de bosques de nogales y pinos, parecen obras de arte reflejando tonos de verdes que sólo un artista podría concebir. La vegetación resulta exuberante y parece agradecer la concurrencia de frecuentes lluvias, sobre todo en verano. Debido a ello mantiene su color. A lo lejos, los pinares se desplazan cuesta abajo señalando la ladera del cerro, como cuidándola caprichosamente, hasta llegar al pie.
Todo parece rendirse para crear un espíritu de tranquilidad. Incluso, el clima es templado pese a que varía de acuerdo a la altitud. Por las noches, la temperatura suele bajar haciéndose agradable, ideal para el descanso o para recorrer pueblos cercanos en busca de las exquisiteces de la gastronomía típica de Jujuy.
Esta aventura es ideal para quienes prefieren destinos exóticos y son amantes de la naturaleza en estado casi virginal. Allí se practica trekking, caminatas, montañismo, cabalgatas, ciclismo y safari fotográfico, entre otras opciones.
Así de versátil es Jujuy. Enraizado a su tierra, donde cada postal tiene un sello de cultura y tradición. Un lugar donde el viajero puede elegir desde turismo de aventura hasta circuitos históricos o religiosos. Donde la Madre Tierra cuida celosamente de su lugar y así lo demuestra.
Cuenta la leyenda que el nombre Yala pertenece a la historia de una nativa enamorada de un español, quien no pudo resistirse a su encanto. Así nos sedujo Yala, “la niña enamorada”, durante nuestra visita, desde la subida desafiante con el río serpenteando cerca hasta llegar a las lagunas. Así lo dibuja una zamba de aquellos lugares: “Me gusta Jujuy, mi Jujuy, cuando llueve y deja que el recuerdo me lleve, y por Yala perderme abrazada al amor, mojadita de agua hasta el alma”.
Hoja de viajero
Cómo llegar:
El lugar queda a 900 kilómetros de Córdoba. Por ruta nacional 9 hasta San Salvador de Jujuy. Desde la capital jujeña y siguiendo por la misma ruta, a 27 kilómetros se ubica la localidad de Yala. Ingresando por Los Nogales se arriba al Puente Negro. A partir de ahí, el camino a las Lagunas de Yala se anuncia a través de carteles del Parque Provincial del Potrero de Yala. De ahí en más, subidas, ripio y curvas.
Paseos:
Complejo La Laguna, en el Parque Provincial Potrero de Yala. En esta hostería se pueden realizar actividades como caminatas, cabalgatas, avistaje de aves y pesca de truchas. Está ubicada en un lugar preferencial con vista a Rodeo, la más grande de las seis lagunas. Siguiendo por el mismo circuito y pasando la última de las lagunas, el camino empieza a descender hasta tomar la ruta 4. Se llega así a Termas de Reyes. También se puede conocer la Quebrada de Lozano, para ello es necesario volver a retomar la ruta 9, antes de Los Nogales, y seguir rumbo al norte. Por la misma ruta se arriba a Volcán, una de las cunas del carnaval jujeño y el Encuentro de Copleros.
Compras:
Objetos de artesanía realizados en alpaca, madera de cardón y cerámica. La gama de productos puede ir desde una bombilla de alpaca hasta un velador de madera de cactus. Las lanas de llama y vicuña se procesan artesanalmente y se tejen en grandes telares. Como resultado aparecen mantas, suéteres, medias, ponchos y toda clase de ropa de mucho abrigo. Tapices y pinturas sobre el arte rupestre de la zona.
Artesanos reconocidos a nivel internacional dedican gran atención en representar las escenas de antiguas tradiciones. La cerámica juega un papel importante.
Comidas:
Se pueden probar las más sabrosas comidas típicas jujeñas. Desde truchas hasta humita en chala, picantes con chuño, tamales en chala, queso de cabra, quesillo, empanadillas y pan casero, entre otros manjares.
Alojamiento:
Al tratarse de un lugar alejado de la localidad de Yala existen hosterías, casas de campo y cabañas. Las actividades de turismo de aventura tienen un costo aparte, al igual que los baños termales.
Tips y curiosidades
- La mejor época para ir: de abril a fines de noviembre. Las lluvias son frecuentes en verano. Es importante contar con calzado cómodo y ropa de abrigo e impermeable.
- Al tratarse de una Reserva de la Biósfera está prohibido acampar. Dentro del circuito, la única posibilidad es alojarse en el complejo. De lo contrario, se aconseja ir y volver en el día (llevar alimentos porque el Parque no tiene proveeduría).
Contactos
Código de área telefónico:
0388.
Hospital de Urgencias:
Hospital Pablo Soria: Güemes 1.345, San Salvador. Tel. (0388) 424-4068.
Policía:
San Salvador: Belgrano y Sarmiento, frente a Plaza Belgrano. Tel. (0388) 423-7775.
Internet:
www.turismo.jujuy.gov.ar
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