Se trata, ni más ni menos, que de un cesto orgánico que alberga las deposiciones de mascotas brindando un tratamiento sustentable de las heces. El sistema es simple, lo primero que se realiza es una perforación en la tierra, luego se instala un digestor y después se le aplican bacterias bio-digestoras de alta especialidad. “Las mismas se diluyen en contacto con el agua y activan su reproducción, provocando la degradación acelerada de los desechos orgánicos residuales”, explica Gonzalo Abelleira Pons, un emprendedor de la economía circular, dueño y creador de esta original iniciativa.
Este proceso transforma las heces en abono, generando una mejora en la absorción de los nutrientes para la tierra y eliminando los malos olores producidos por las heces.
El método tiene un impacto positivo en el ambiente, ya que evita la mezcla de este tipo de residuos con otros domésticos en bolsas plásticas, cuyo destino final son los rellenos sanitarios en los cuales se descomponen lentamente, contaminando las napas de agua subterráneas y el aire mediante la volatilización de micro partículas nocivas.
“La instalación de Cabono es sencilla, se debe realizar una perforación en la tierra de 30 centímetros de diámetro, con herramientas como pala pocera u hoyera que permite almacenar unos 350 kilos de excremento. Está pensado para realizarlo sin mayores esfuerzos con las herramientas que normalmente podemos encontrar en una casa”, detalla María de los Ángeles Cáceres, contadora y gestora de Cabono.
El costo del Kit de Cabono es de $ 18.478 e incluye el digestor de metal, bacterias Cabono por 200 gramos, pala de jardín para recolectar las heces, pala de paseo, manual de instrucciones, hierba para perros y gatos, y una hermosa caja para reutilizar. Si se compra el Kit de 500 gramos, el monto es de $ 21.700.
Como para tener de referencia: un perro de 14 kilos puede producir diariamente 500 gramos de heces por día, unos 15 kilogramos mensuales y 180 kilos por año. “Si lo multiplicamos por la cantidad de perros en Córdoba, tendremos como resultado miles de toneladas de heces por año que terminan en los vertederos sanitarios. Si sumamos la cantidad de bolsas de plástico para contenerlas, tendremos una carga considerable para los rellenos sanitarios de la ciudad”, señalaron desde Cabono.
Es importante señalar que un pote de bacterias biodigestoras de 500 gramos dura aproximadamente 1 año para el excremento de un perro de 32 kilos y cuesta $ 7.430, es decir serían unos $ 619 por perro por mes.
Para un perro de raza pequeña (14 kilos), el consumo aproximado es de unos 19 gramos mensuales y cuesta $ 352 por mes.
El mantenimiento es básico y lleva unos segundos, se debe mezclar una dosis de las bacterias en un balde con agua por mascota y verterla dentro del biodigestor una vez por semana.
Bioaumentación
En el procedimiento utilizan la Biotecnología, una rama interdisciplinaria de las ciencias biológicas, que comprende aplicaciones tecnológicas que utilicen sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. “Aprendimos a usar los microorganismos para degradar “la caca” y limpiar los efectos negativos en el ambiente. La tecnología que utilizamos es la Bioaumentación. A partir de sus principios y teorías inoculamos microorganismos vivos seleccionados por su alta capacidad de degradar materia orgánica generando su biotransformación: caca se convierte en tierra”, detalla Abelleira Pons.
En Argentina no tienen mapeado otro competidor del mismo rubro. En Estados Unidos hay un producto (doggie dooley), pero lo hace con un producto de base acuosa. “En Japón e Israel han desarrollado otros productos con otro tipo de tecnología (la queman), pero se encuentra solo a nivel prototipado”, explica el creador de la marca.
Cabono es un emprendimiento de triple impacto porque cumple con tres pilares fundamentales en lo económico, en lo social y en lo ambiental, es decir disminuir el volumen de residuos urbanos, el bajo costo de instalación y mantenimiento. También ayuda a transformar y reutilizar un desecho, reduce el uso de bolsas plásticas, concientiza y educa a la comunidad en mejorar y preservar nuestros espacios públicos para el uso de los mismos y además genera puestos de trabajo.
Actualmente tiene más de 400 clientes particulares y atiende a 16 guarderías caninas. Comercializan sus kits hace 5 años a través de Instagram, Facebook, y página web y venden y hacen envíos a todo el país.
El emprendimiento consiguió este año un socio inversionista que le permitirá crecer y ganar escala con un buen aporte de capital. Ya se mejoró el producto cambiando el material, ahora es de chapa de metal de 1,6 milímetros, pintado con pintura epoxi, va soldado lo que lo hace irrompible y más durable. Cuentan con un depósito que les permite un stock de Kits y producción de la fórmula de las bacterias biodigestoras para agilizar las entregas. Y están apostando a modernizar los canales digitales de venta y de servicios. El objetivo que tienen los emprendedores es internacionalizar la marca para 2023 llegando a Estados Unidos y Canadá.
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