Hace tiempo que nos preocupamos cada vez más por la calidad, el impacto ambiental de la producción y la sustentabilidad de los alimentos que consumimos. En el año 2017, nació Comunidad Huerta.
Su cofundador, Maximiliano Bonacquisti recuerda: “en un primer momento se trató de crear una red que nucleara personas con un interés en común”. Hoy, funciona como una comunidad virtual donde es posible registrar una huerta urbana y acceder a ideas y consejos. “Brindamos cursos y desarrollamos un mapa interactivo para conocer donde están ubicadas las huertas urbanas en el país”.
Desde la Dirección de Desarrollo Comunitario, Juan Busso explica cómo han aumentado la cantidad de talleres y cursos que dicta la Municipalidad de Córdoba (alrededor de 300 personas por año arman sus huertas). “Trabajamos con ONG's, clubes, centros vecinales y con varios CPC”, describe Busso. “Las etapas son tres: En un primer momento el autoabastecimiento y el autoconsumo, luego la venta de excedentes y por último, la comercialización a mayor escala”, detalla. Otro aspecto que destaca Busso es que el trabajo de huerta permite integrar a personas con discapacidad.
Huertas Solidarias
Matías Sigal, Melani Scheimberg y Martín Scheimberg crearon Lawerta. Con el objetivo de ayudar y educar, se proponen en un año, asistir a 30 familias. “Si bien estamos participando en un concurso de Carrefour, el proyecto lo vamos a hacer igual. Queremos lograr un impacto mejorando la vida de 360 personas”, explica Matías.
Además de las charlas de sensibilización en comedores y merenderos, Lawerta captará voluntarios que ayudarán en el proceso involucrando también a alumnos de diferentes escuelas. “Es importante que niños, padres y docentes acompañen este tipo de proyectos. Las familias de barrios vulnerables son los beneficiarios directos pero los voluntarios son también beneficiarios indirectos de Lawerta”, enfatiza.
Bioinsumos
Nada mejor para una huerta que el hummus de lombriz. Daniel Blando, director general de Biobriz explica cómo en sólo 1 m2 las lombrices pueden procesar hasta 2 kilos de materia orgánica por día. “No importa el espacio, ni el terreno. En un balcón o en un pequeño patio, se puede compostar y tener fertilizada una huerta”, señala Daniel.
“El lombrifiltro replica el mecanismo de purificación y filtrado que realiza el suelo”, detalla. En industrias con gran demanda de agua, como por ejemplo la alimenticia o la hotelera, se usa el lombrifiltro como alternativa sustentable”.
La huerta en la oficina
También desde Comunidad Huerta ofrecen bolsones agroecológicos en empresas. “Puede ser como punto de entrega donde cada empleado retire su bolsón o como beneficio corporativo para los empleados cuando la empresa lo costea”. A partir de los $ 200 y con 5 variedades de frutas y verduras de temporada.
Como señala Busso, estamos frente al potencial de poder generar alimentos de calidad, a un precio más bajo y autogestionando nuestros residuos.
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