La punta del ovillo está en la brusca caída (-60%) del precio internacional de la tonelada de leche en polvo, el producto que vende la industria lechera argentina.
Sin chances de exportar y sin incentivos (uno podría ser el precio sostén) para paliar esa baja, las usinas lácteas empezaron a cortar el hilo por lo más delgado: léase, pagar menos por el litro de leche en la tranquera. Hace unos meses, ante el reclamo por esta situación, la Nación empezó a pagar un subsidio de $0,30 a los productores, que cobraban $ 3 el litro.
Pero la situación no cambió en el mercado -y el Estado no intervino de manera directa - y el subsidio, en los hechos, se trasladó al que tenía más fuerza. “Hay industrias que comunicaron que a partir de hoy (por ayer) no retirarán más la producción al precio actual y están ofreciendo pagar entre 30 y 40 centavos menos por litro que en julio”, dijo el titular de Caprolec.
Sin pelos en la lengua, el presidente de esa entidad cuestionó al Gobierno nacional por no evitar la baja en el precio que cobran los tamberos por su producción "Ya le hemos explicado a las autoridades, en particular a las de la Secretaría de Comercio Interior, pero parece que no entienden o que están lobbyados por la industria", cuestionó.
Indicó que hay entre un 20 y un 30% de excedente de producto y que el Estado debería asegurar que la venta al exterior se haga a un determinado precio, sino el productor es el pato de la boda.
Aseguró que un productor de 100 mil litros de leche por mes perderá $ 60.000 por la baja del precio. Hoy un litro de leche se paga alrededor de $ 3 y “con ese precio el productor no paga los costos fijos; la situación es dramática y se parece a 2001”, sostuvo.
Córdoba y Santa Fe, las dos principales provincias productoras, con casi el 70% de la leche fluida del país.
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