“Arrancamos con distintas franquicias –Bonafide, Andrea Franceschini- y con la comercialización de máquinas automáticas de café, tanto para el sector gastronómico como Vending”, cuenta Chaya sobre los orígenes de la empresa. “En la provincia hay 430 máquinas”, precisa.
El paso posterior fue la inauguración de un local con su marca propia -Gold Café– al que en pocos meses le sumaron otros dos (Alta Gracia, Almafuerte y Córdoba Ciudad). Para todos ellos la inversión superó los $ 2 millones.
“Ahora estamos por abrir tres nuevas franquicias, dos en Córdoba (una propia, otra compartida con un socio) y posiblemente otra en Buenos Aires (están en tratativas con los dueños de Malevo Film para que regenteen el local).
Pero los planes son más: los jóvenes comenzarán a integrar verticalmente la empresa y a los productos y servicios relacionados con la gastronomía y cafetería gourmet le sumarán un tostadero de café en Alta Gracia, con granos que importarán principalmente desde Brasil.
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