Había una vez un aviador...
“La historia de este playroom parte de un aviador de los años '30, ya retirado, que vive en nuestros tiempos y mantiene la esencia de lo añejo con la tecnología de punta”, nos cuenta Walter Russo mientras se sienta en un sillón giratorio exquisito de cuero y agrega: “este aviador tiene un televisor de alta gama pero cuando gira hacia la otra pared se topa con los recuerdos de su pasado: mapas que indican aquellos lugares que sobrevoló”.
Lo cierto es que hay ciertos elementos de mobiliario como de decoración antiguos que se yuxtaponen armoniosamente con el contraste tecnológico que incorpora la habitación: “el Espejo TV es el centro neurálgico de este playroom que cuenta con varias funciones y con control de ambiente vía tablet”.
Es una “cápsula de emociones”, así lo describe Russo, ya que mantiene intactas en un espacio reducido recuerdos del pasado que -claro- despiertan sentimientos.
Había una vez un coleccionista...
“Para este espacio me imaginé a un coleccionista meticuloso y dedicado”, nos relata su historia Sebastián Zalazar y así nos sumerge en este mundo: “colecciona relojes y trompos antiguos, y todo de una forma tienen como denominador común a los círculos ya sea por el movimientos de las agujas como por el giro que da el juguete”.
Todos los elementos de este espacio son objetos restaurados ya que el diseñador lo que buscó generar en el invitado a esta sala es la experiencia de rememorar viejos momentos, historias propias y nostalgia.
No obstante, hay cierto elementos que contrastan gracias a las líneas modernas del diseño y materiales: el escritorio de piedra y mármol es moderno al igual que las dos arañas que penden del techo y le aportan un dejo industrial a la calidez del “hogar”.
“El objetivo fue crear un espacio inspirador donde un coleccionista pueda disfrutar de sus adquisiciones y a mismo tiempo sumergirse en tranquilidad y trabajo”, concluye.
Había una vez un padre de familia...
Refugio del trabajo, de las responsabilidades y del estrés diario es este garage que idearon los dieñadores de Estudio Modo Casa, Gustavo Yankelevich y Máximo Ferraro.
“Quisimos salir de lo habitual y proponerle al hombre un lugar para él”, nos cuenta Ferraro y damos cuenta de ello con la incorporación de texturas, colores y materiales como cuero, óxido, madera, metal, y un toque de turquesa para realzar.
Lo curioso de este caso es que partieron de la base de un garage, lugar muchas veces subestimado que juega una suerte de depósito, pero que con pocos materiales y diseño se llegó a un cuarto de la casa pensado para él, el padre de casa, quien se resguarda en sus pasatiempos y sus recuerdos. Así, encontramos un vivero, una zona de “taller” con herramientas, una biblioteca, un sillón e incluso un sector de juegos. ¿Qué más pedir?
¿Hasta cuándo está la expo?
Casa FOA abrió sus puertas ayer para la prensa e InfoNegocios estuvo ahí. Arte, decoración y arquitectura, a la orden del día en la Abadía de San Benito de Buenos Aires (Gorostiaga 1908 y Luis María Campos).
La muestra abrirá al público el viernes 10 de octubre y se extenderá hasta el domingo 16 de noviembre con atención todos los días de la semana de 12 a 20 y los viernes de 12 a 24.
El valor de la entrada es de $ 90, sujeto a descuentos especiales que podés conocer aquí.
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