El futuro es incierto, no es obvio. ¿Por qué será que cuando conocemos el resultado de las cosas, al mismo lo convertimos en una obviedad?.
Si sube el dólar, “¡era obvio!”, si baja el dólar, “¡era obvio!”. Si sube la bolsa, “¡era obvio!”, si baja la bolsa, “¡era obvio!”. Sucede lo mismo con el el repunte o la caída en el valor de las propiedades, de los commodities, etcétera.
Por naturaleza, los seres humanos tendemos a pensar que lo ocurrido en la historia o en el pasado siempre era evidente y, por lo tanto, redundamos en interpretar que los errores cometidos fueron por incapacidad o por falta de previsibilidad pero en ningún momento nos sentamos a reflexionar si esta interpretación es correcta.
A diario tomamos decisiones por muchos motivos, ya sea en nuestra vida cotidiana, familiar, laboral, educativa, en fin…; sin embargo, en ningún caso sabemos si la decisión tomada fue la correcta, sólo el tiempo nos dará la respuesta.
¡Pero cuidado!, tampoco se trata de azar, a medida que crecemos, nuestros padres, familiares y maestros nos estimulan, nos educan y así vamos asumiendo responsabilidades y ejercitando la toma de decisión. Sin embargo, en dicho proceso, también tenemos claro que no estamos exentos a la equivocación, justamente porque el futuro no es una obviedad sino que es incertidumbre.
Al momento de invertir, la cosa no es muy diferente. Asesores, analistas, amigos, parientes, compañeros de trabajo, conocidos, generarán estímulos que terminen influenciándonos hacia una decisión. Sin embargo, debemos saber que ellos tampoco cuentan con certeza de lo que ocurrirá en el futuro.
Por lo comentado, si queremos ser exitosos en nuestras inversiones, debemos descartar las obviedades y debemos entender que en todo momento se toma decisiones sobre supuestos por lo tanto el grado de éxito dependerá principalmente de saber gestionar el riesgo/beneficio asumido en ese contexto de incertidumbre.
A modo figurativo, ¿Usted se imagina un partido de básquet con un resultado final 70-0?.
Personalmente soy un amante de este deporte y la verdad, que esperar y pensar en un resultado de estas características es casi imposible. A diferencia de lo que ocurre con el fútbol, donde existe el empate y no necesariamente alguno de los dos equipos tenga que hacer un gol, el jugador de básquet sabe que al finalizar el partido habrá un ganador y un perdedor, y que dependerá de las decisiones que se tomen durante el desarrollo del encuentro, que éstos puedan convertir más puntos que el contrario, pero de ninguna manera contemplarán la posibilidad que sus decisiones de ataque y defensa siempre sean las correctas como para llegar a un marcador de las características propuestas arriba. Saben que obtener un resultado positivo dependerá del planteamiento del juego (gestión) y de tomar en promedio más decisiones correctas que equívocas.
Quienes toman decisiones de inversión deberían tener la misma filosofía. Pensar que siempre la decisión tomada será la correcta, es un error. Seguramente luego encontraremos “obviedades” en los resultados, pero eso ya no sirve.
Nuestro éxito en las inversiones, entonces, no dependerá sólo de tomar siempre decisiones correctas, sino también de saber gestionar el riesgo ante las equivocaciones.
Inversiones: dónde focalizar la atención en momentos de incertidumbre
(Por Rubén J. Ullúa – Asesor y Analista de Mercados Financieros - @Ullua) Hace ya un tiempo, en esta misma columna, hablábamos sobre lo difícil que es tomar decisiones cuando somos conscientes que el futuro es incierto. Hoy, más vigente que nunca, en un mercado financiero con alta volatilidad y en vista a un año 2015 con muchos frentes inciertos, desde lo político y económico principalmente, es importante siempre tener claro que darle prioridad a la gestión de capital es un punto clave para enfrentar lo que se viene y arrimar las probabilidades de éxito para mi cartera de inversión. Aquí la nota.
Tu opinión enriquece este artículo: