“Vivimos en una cultura consumista que impuso que un cuerpo delgado es sinónimo de juventud y esto es sinónimo de belleza; el hecho de ser joven, es ser inmediatamente bello”, explica Saulquin.
La socióloga, sin embargo, indica que la admiración hacia la delgadez llegó a tal extremo que la misma sociedad es la que está bregando por traer a la moda un cuerpo biotipo, “con medidas reales que corresponden a la fisionomía de cada uno, diferente”, explica y agrega: “falta una generación de jóvenes que encuentren belleza en lo saludable, en los cuerpos naturales”.
¿Por qué la industria cuenta con un rango limitado de talles para comercializar? Saulquin dice que es por “pánico”: “las marcas tienen miedo a alejarse de la imagen de juventud delgada sinónimo de belleza, aún siendo conscientes de que la demanda es otra y que sus ventas se incrementarían”.
La socióloga que explica por qué no todos somos bellos (¿cuál es el rol de las empresas?)
Susana Saulquin disertó el jueves pasado en el Córdoba Shopping y presentó su libro “Política de las apariencias” que pone en jaque a la industria de la moda como reguladora de las apariencias. ¿Por qué, entonces, las empresas siguen vendiéndole a un sector con determinadas características que responde a un ideal de imagen cuando la demanda es otra? La respuesta esta socióloga dedicada a la investigación de la moda y el debate, en nota completa.
Tu opinión enriquece este artículo: