Exactamente a las 21 hs (puntual, como buen británico), Paul McCartney eligió "Can't Buy Me Love", canción de los Beatles del disco A Hard Day's Night publicado en 1964. Continuó con “Junior’s Farm” de Wings y al finalizar esta canción, emocionado por la respuesta del público, se tomó un momento para saludar al público cordobés: "¡Buenas noches Argentina! ¡Hola, Córdoba! ¿Cómo están, culiados?".
A continuación, fue el turno de otra canción de la banda post-Beatles que compartió con Linda McCartney entre los 70 y los 80 “Letting Go”. La idea del setlist de celebrar su repertorio completo se termina de perfilar cuando llega el turno de “Drive My Car” y “Got To Get You Into My Life” de The Beatles, y “Come On to Me”, canción solista que lanzó en 2018 como parte del disco Egypt Station. Este recorrido cuenta con el carismático y siempre fresco Paul que va compartiendo detalles sobre la composición, la época o la inspiración detrás de las canciones que eligió para la noche.
Fueron más de dos horas y media de show para 35.000 fanáticos que se emocionaron y acompañaron a su ídolo.
Algunos datos salientes (además de la puntualidad): dentro del estadio vendían hamburguesas veganas (pues McCartney no come carne) y de las otras; los precios de las bebidas podrán haber sido traducidos a libras (una cerveza Quilmes se conseguía por $ 12.000 el vaso grande; uno de fernet con coca a $ 17.500 y uno de gin a $ 20.000).
Impecable la producción de En Vivo. No dejaron ningún detalle librado al azar y no hubo grandes marcas visibles sponsoreando la función.
Para despedirse calificó la noche vivida como "Tonight buenardo" y llenó de esperanzas a todos los asistentes, que los ovacionaban y aplaudían de pie al bajarse del escenario luego de gritar "Hasta la próxima".
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