Este año será positivo para la exportación de carne bovina con un crecimiento del 13% en relación a 2016 y un total de 300 mil toneladas, impulsada fundamentalmente por la demanda de China y Chile, estimó Abeceb, la compañía de consultoría especializada en el análisis de la economía real de América Latina.
El trabajo precisa que la venta externa de carne enfriada, congelada y procesada se incrementó –de enero a abril- un 14,7%; y que el destino de mayor alza fue China con un repunte del 42,9% secundado de lejos por Chile, con el 8,2%. En este sentido, la implementación de los reintegros a la exportación ha significado una mejora importante en la rentabilidad de los frigoríficos exportadores.
A las buenas perspectivas para este año, se suma también la potencial apertura de nuevos mercados: recientemente, Estados Unidos habría emitido un informe favorable sobre la situación sanitaria de carnes provenientes de Argentina. Nuestro país perdió el acceso a ese mercado en 2001 por un brote de aftosa, y tuvo que resignar el ingreso de 20.000 toneladas anuales sin aranceles y de un monto similar pagando un arancel del 20% a ese país.
Otro dato alentador es que en la Feria Internacional de Alimentos Sial celebrada recientemente en China, se avanzó en negociaciones para que ese país apruebe también el ingreso de carne enfriada, lo que determinaría en el mediano plazo otro impulso significativo en las ventas externas al gigante asiático.
En este marco, y traccionada por las ventas externas, la producción de carne bovina tendrá un año positivo con un crecimiento en torno al 4% alcanzando cerca de 2,8 millones de toneladas, contra un 2016 que había exhibido una reducción del 2%. El principal impulso está dado por una mayor faena que experimentó en el primer trimestre un aumento interanual de 5,8%.
Por su lado, el consumo per cápita de carne bovina tuvo una moderada suba de 1% en el primer trimestre, que revierte la disminución verificada durante 2016
(-4,8%) frente a la caída del poder adquisitivo de los salarios y las subas en los precios promedio al consumidor del 41% en 2016. Esta tendencia continúa durante 2017, donde en los últimos meses el aumento en el precio del ganado en pie (por costos de alimentación y mayor demanda de novillos para exportación) impulsó los precios al consumidor. Cabe destacar, que de todas maneras, esta variedad es la principal carne elegida por los argentinos, con 56 kilos por habitante anual.
El impacto en otras carnes
El encarecimiento relativo de la carne bovina ha llevado a un mayor crecimiento del consumo de las otras carnes. De hecho, si bien el consumo exhibe datos favorables con un aumento del 6,7% en promedio en todas las carnes durante el primer trimestre (último dato disponible), la bovina tuvo un alza del 1%, contra 9% de la porcina y 14,1% en la aviar. De esta manera, el consumo de carne aviar y porcina logró niveles récord, alcanzado los 44,3 kilos y 13,2 kilos por habitante anual, respectivamente, contra los 56 de la bovina mencionada anteriormente. En total, los argentinos consumimos un promedio de 113,6 kilos de carne al año.
En esta variedad, la carne aviar es la que mayor potencial de crecimiento tiene en el corto plazo ante el encarecimiento relativo de la carne bovina debido a un mayor efecto sustitución, por ser la segunda carne de mayor preferencia entre los argentinos y porque el precio por kilo equivale a cerca de un tercio de la bovina.
De hecho, en el primer trimestre de 2017, su consumo creció un 14,1% con respecto al mismo período de 2016. De esta manera, teniendo en cuenta que cerca de un 90% se destina al mercado interno, esta mayor demanda local es la que explica en parte el crecimiento de 16,6% en la producción durante ese período.
Cabe aclarar también que este número está influenciado por una menor base de comparación en 2016 debido a que la empresa avícola Cresta Roja tuvo sus operaciones prácticamente paralizadas en el primer trimestre.
A su vez, las exportaciones comenzaron a repuntar en los primeros tres meses del año de la mano de las mayores compras de Rusia, Perú y Yemen. En este contexto, la producción para 2017 muy probablemente termine quebrando el techo de las 2 millones de toneladas.
En lo que hace a la carne porcina, para este año se espera que la producción se mantenga al alza con el 5,2% aunque con una tasa de crecimiento menor en relación a 2015 y 2016 por una mayor presión importadora y mayores costos de producción.
Las importaciones se multiplicaron casi por cuatro en 2016 y se prevé que continúen ganando participación en el mercado local. No obstante, se estima que en 2017 el total importado de carne porcina no supere las 30 mil toneladas, lo que equivale al 5% de la producción local.
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