Desde Furograma Arquitecto, los responsables del lugar Gonzalo Fuzs y Diego Gramoy explican que la peatonal cordobesa es un espacio “portador de urbanidad” que va más allá del ser un escenario para que la gente circule y consuma.
Se trata de un espacio público que permite que congenien otras actividades de orden social como hablar, discutir, contemplar y “ejercer ciudadanía… ser urbano”, acotan los arquitectos.
Sin embargo, los tradicionales canteros que ahora contienen a los troncos de las santas ritas cuentan con rejas lo que imposibilita a los peatones sentarse. Desde el estudio explican que la única forma de poder sentarse al aire libre en la peatonal es haciéndolo en algún bar con mesas y sillas disponibles. Claro, con consumición a cargo. “El ciudadano es reemplazado por el consumidor -señalan los especialistas y agregan- el espacio público e inclusivo pasa a ser un espacio privatizado y exclusivo, privilegio de unos pocos, desplazando hacia las periferias al que no compra”.
En este sentido, el director general de la Cámara de Comercio de Córdoba Víctor Lutri no profundizó en detalles técnicos que hacen al planeamiento urbano y arquitectónico del lugar pero declaró: “mientras el espacio público esté mejor mantenido y sea agradable para los peatones, creo que toda intervención es bienvenida. Para el comerciante el hecho de que la peatonal esté mejor ayuda a que el consumidor se sienta mejor y hasta se detenga a ver las ofertas de las vidrieras”.
Se fueron las santas ritas, llegaron las rejas
Desde que la Municipalidad de Córdoba decidió, en un intento por erradicar las palomas y sus desperdicios de las principales peatonales de la ciudad (en 9 de Julio del 0 al 200, la primera cuadra de 25 de Mayo y el tramos de San Martín entre Colón y Deán Funes), quitar las plantas que cubrían las pérgolas hizo que aflorara la arquitectura urbana que se escondía detrás de las santas ritas. Así resurgen las cúpulas y líneas que conforman el patrimonio arquitectónico del sector.
Sin embargo, el verano hace sentir la falta de flora en el sector ya que los rayos del sol no son más filtrados por lo que descansar en ese espacio se vuelve prácticamente imposible. Y lo es más aún con las rejas que instalarlos en los canteros de los árboles. Una queja que el estudio Furograma Arquitectos hizo pública poniendo en tela de juicio el propósito de un espacio público. ¿A favor o en contra? Argumentos y debate en nota completa.
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