Así, encontramos desde tazones hasta muebles como sillas con la mitad de las patas pintadas.
Luego llegaron las piezas de concreto a las que también se las sumergieron en distintos tonos pero siempre manteniendo expuesto el material en una parte de la superficie del objeto.
Ahora encontramos todo tipo de objetos sumergidos en cualquier color desde cuerda hasta vidrio marcando un particular estilo de decoración.
Otros casos se comprometen al extremo con esta tendencia de decoración llegando a sumergir superficies estampadas en colores neutros o armónicos con los tonos originales. Por ejemplo, pintar en diagonal una pared empapelada con motivos en Delf con un azul profundo.
Mirá todos los ejemplo y cómo podés adoptar este estilo en tu casa, en la galería de fotos.
Tu opinión enriquece este artículo: